Capítulo 13

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Me separo de él y lo miro fijamente a los ojos. No se mueve, no dice nada. Sólamente se dedica a mirarme como si estuviera pensando alguna respuesta válida para decirme.

Me cruzo de brazos.

—¿Que te ha pasado?
–pregunto intentando ocultar mi evidente enfado.

—Tuve.. un problema con Shawn. Eso es todo.

Suelto una carcajada sin gracia y niego con la cabeza. Claro que no, claro que no es eso. Algo le ha pasado.

—Y.. ¿qué clase de problema?
–pregunto nuevamente.

—Me caí por una ventana.
–alza los hombros dejándolos caer.

Frunzo el ceño.
Tal vez si sea cierto que se cayó por una ventana, pero no tiene que ver solamente con Shawn.

—¿Ah, si? ¿Cuál ventana? Y ¿de que lugar?

Suelta un gruñido de frustración y se lleva las manos a la cabeza. Removiendose el pelo rubio y despeinandolo.

—Fuí con Shawn y los demás, ¿de acuerdo? Teníamos que hacer un trabajo y les ayudé. Pero ya sabes que estoy fuera de esa mierda.
Uno de esos cabrones me empujaron y caí por una ventana, no era alta pero si se me clavaron algunos cristales. Por eso llevo esto.

Ajá, se ha descubierto.
Ando hacia otro lugar del salón lejos de él.

—¿Estás enfadada?
–pregunta andando hacia mí.

—¿Tu que crees? Podías habérmelo contado y hubiese sido todo más fácil. Quizá ni me hubiese enfadado.

Traian niega con la cabeza repetidas veces, intenta acercarse a mi, pero en el momento en que se acerca soy más rápida y me aparto antes de que llegue a tocarme.
Pero de una gran zancada se encuentra a mi lado, me toma del antebrazo y con algo de fuerza intenta tomarme pero lo empujo hacia atrás y ando hacia la habitación.

—¡Vamos, Eire! Fué una estupidez, joder. ¡No estoy en esa mierda!

Niego con la cabeza.
No tengo ganas de discutir con él y hablar otra vez de lo mismo.

—No, si a mi me da igual lo que tú hagas o dejes de hacer. Es tu vida.

Cierro la puerta y pongo el seguro.
Ando hacia la cama y me dejo caer sobre esta boca arriba.

La voz de Traian se ha estado escuchando por varios minutos, pequeños golpes con el puño en la madera de la puerta y después grandes golpes.
Estaba gritando y furioso.
Hasta que por fin se han dejado de escuchar y todo se ha vuelto silencioso.

Suelto un suspiro.
Han pasado tres horas desde que ha pasado todo, ya son las dos de la madrugada.
Abro la puerta ya que las tripas me rugen y tengo que comer algo. Al abrirla me encuentro a Traian a un lado de la puerta acostado contra la pared dormido.
Abrazado a si mismo y con los puños y la piel de estos rojas y ensangrentados.
Una punzada de lástima me atraviesa, me agacho a su altura y muevo a Traian un poco moviendole.

Abre los ojos lentamente, frunciendo el ceño. Me mira por unos segundos, pero pestañea rápidamente acostumbrandose a la luz.

—Ven a la cama.
–digo sin añadir nada más.

—¿Sigues enfadada?
–pregunta levantandose del suelo.

Lo miro a los ojos, esos ojos verdes vidriosos y rojos por haberse despertado.
Tomo aire lentamente y alzo la cabeza volviendo a mirarlo, niego con la cabeza. No me puedo enfadar con él, aunque quiera hacerlo en este momento..

Complices 2: Nuestro destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora