Complices 2: Nuestro destino.

Capítulo 26

TRAIAN

Shawn se lleva las manos a la cabeza.
Pasando una y otra vez sus manos por su pelo, parece cabreado y a mi, me  está poniendo nervioso

—¿Me quieres decir de una puta vez que coño pasa?
-suelto.

Shawn me mira, busca algo entre el bolsillo de su pantalón y saca un móvil, su móvil. ¿Qué coño tiene que ver eso?

—Se han enterado de que estás vivo. Solamente quieren que les des lo que le debes, y te dejarán. Otros quieren matarte con sus propias manos, pero esos no son importantes. Debes preocuparte de Gabriel.

Gabriel, ese hijo de puta.
Desde hace seis años que no sé nada de su vida, ese cabrón me la jugó demasiado y es por su culpa que ahora esté metido en mierdas graves.

—Ahora es un secuace de uno de tus peores enemigos. Y créeme, cuando te digo que él es el primero que quiere verte muerto.

Valiente hijo de puta, después de todas las mierdas que he hecho por él cuando éramos amigos.. no se saldrá con la suya, claro que no, y mucho menos ahora que tengo una familia.
Ellas son lo primero, antes que yo o cualquier otra cosa. Y si tiene que venir de nuevo el Traian cabrón, va a venir. Oh claro que sí.

—Que tenga los santos cojones de plantarse frente a mí. Tengo ganas de partirle la cabeza y que una de mis preciosas balas se le meta en el cráneo.

Me había olvidado de él.
No me acordaba de su existencia, aunque sabía perfectamente que ese cabrón estaba rondando por ahí y que no se quedaría con las manos quietas.

—No ha dicho que va a atacar en ningún momento. Solamente que él quiere matarte con sus propias manos.

—Pues adelante.

Saco la cajetilla de cigarros y prendo uno. Dándole una calada y expulsando el humo.

Eire me ha dicho que no fume en casa porque es malo para la pequeña, pero estoy demasiado cabreado y nervioso de cojones.

—No fumes aquí, vé a fuera.
-dice apuntando al jardín.

Lo miro de reojo, fulminandole.
Doy una patada a la pata de la mesa pequeña, y ando hasta llegar al jardín. Me acuesto en una de las tumbonas, mirando el cielo limpio.
Si no fuera por la sombrilla que tapa la luz solar de la tumbona ahora mismo estaría quemándome. Hoy hace demasiado sol y demasiado calor para ser verdad.

—¿Está Traian? Necesito que me ayude con esto..
–escucho la voz de Eire.

Cierro los ojos.
Disfrutando del cigarro y del ambiente soleado de hoy. Me relaja.

Hasta que siento unos leves golpes en el brazo. Una pequeña manita que me golpea y una pequeña voz.

Al abrir los ojos veo a Lily, moviendo sus pequeños brazos y piernas con una sonrisa en el rostro al verme.
Eire me mira desde arriba.

—¿Puedes cogerla un momento? Tengo que ir a ducharme. Por cierto, hoy la comida la hace Shawn. Vigila que no queme la cocina y haga algo comestible.
-ríe.

Doy la última calada al cigarro ya consumido y lo apago en el cenicero.
Expulso el humo hacia un lado, para despues tomar a la pequeña Lily en brazos.

—¿Que pasa pequeña? –sonrío– ¿te lo has pasado bien con mamá y su aburrida amiga?

Eire frunce el ceño y arruga la nariz.
Suelto una carcajada y niego con la cabeza.