Complices 2: Nuestro destino.

Capítulo 21

Aprieto la mano de Traian, quién me mira por unos segundos y vuelve a desviar la mirada hacia la pantalla.
La chica sigue apretando mi vientre con la máquina sobre el gel que cubre todo y mirando la pantalla, indicándonos su pequeño rostro y cuerpo.

—Es una preciosa bebé. Y va a ser muy buena –sonríe.

¿Preciosa? Parece que se ha confundido, es niño, no niña.

—Perdone, pero es niño, nos los dijeron en la otra ecografía.
–digo mirándole.

La chica eleva una ceja y niega con la cabeza. Alarga su mano hacia la pantalla y con el dedo índice apunta a la pantalla.

—No, se debieron equivocar. Miren,
–apunta a la pantalla– es una niña.
–sonríe.

¿Una niña? Oh, eso significa que el pequeño Traian Junior debe esperar para salir unos años.

Traian me mira y sonríe ampliamente, parece que no le ha molestado que sea niña.
Aún sigo en shock por enterarme de esto, ha sido muy inesperado.

—No os preocupéis, esto suele pasar muchas veces. Hay a veces que no se vé bien y es difícil averiguarlo, y otras veces parece lo que no es. Como pasó esta vez.

Ríe nerviosamente y me da papel para que me limpie el gel del vientre.
Nos dice que todo está perfecto y no tiene ningún problema, antes de los ocho meses tengo que volver para otra revisión.

De camino al coche un silencio nos invade por completo. Él va por su camino y yo por el mío, pensando en la nada.

—¿Estás bien?
–digo rompiendo el hielo.

La verde mirada de Traian cruza con la mía.

—Sí, ¿por que lo preguntas?
–responde tranquilo.

Alzo los hombros y los dejo caer.

—No sé, estás muy callado y pensé que quizá te había molestado lo de.. que sea niña. Se te veía emocionado teniendo un Traian junior.
–río nerviosa.

Niega con la cabeza y saca las llaves del coche abriendo el segueo para poder entrar.

—A mi me da igual lo que sea, lo voy a querer igual, mientras venga sano por mi todo va bien. –sus manos agarran mi cintura– tener un hijo contigo es lo mejor que me ha podido ocurrir, créeme.

Un leve cosquilleo remueve mi estómago. ¿Desde cuando es tan cursi?

—¿De verdad te hace ilusión tener un bebé conmigo?
–musito.

Una sonrisa aparece en su rostro.
Su mirada sigue fija en la mía, sin despegar sus ojos de los míos.
Amo a este hombre con locura.

—¿Tengo que confirmarlo? Es más que evidente, princesa.

Otra vez de nuevo ese cosquilleo.
Maldito cosquilleo de enamoradiza.
Ver a alguien como Traian siendo tan tierno y cursi, es admirable de ver. Causa mucha ternura.

Tomo su rostro entre mis manos y deposito mis labios sobre los de él. Lo amo demasiado, a pesar de todo.

—Te quiero, te amo.
–murmuro.

—Te amo, princesa.

Amo que me llame princesa, aunque suene cursi. Y amo todo lo que tiene que ver con él.

[…]

Por qué siento que cuando las cosas van bien, siempre ocurre algo que estropea todo entre nosotros y lo manda todo a otra parte.
Cuando las cosas entre nosotros van de maravilla, es una advertencia para avisarnos de que algo va a suceder y nos va a hacer daño.
Tengo miedo de que algo ocurra y estropee nuestra relación. Ahora más que nunca debemos estar juntos por el bebé. Estoy cansada de que las cosas que nos ocurren sean mas malas que buenas.