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⭐Luke.⭐





El cuerpo de Odette quedó atrapado contra la puerta justo cuando los nudillos de Calum golpearon la madera, mis antebrazos a los extremos de sus hombros me sostenían cerca, tan cerca que apenas el aire podía pasar entre nosotros.

-Lucas, ¿Estás ahí?- Su voz sonaba pastosa.

-Si.- Respondí balbuceante. Los labios de la rubia se encontraban en mi cuello dejando una serie de besos húmedos, mientras sus manos acariciaban mi espalda.

-Uh, tengo que irme mate. ¿No te importa, cierto?

-No, para nada.

-¿Puedes prestarme tu auto? Mamá quiere que recoja unas cosas antes de ir a casa.- Un gemido se me escapó cuando las caderas de la rubia se movieron contra mi polla. -¿Estás bien?

-Uhm, si. Es que me corte.- Sentí a Odette sonreír contra mi cuello, ella era tan mala. Mis manos se deslizaron por debajo de la blusa de Odette sintiendo la suave piel de su espalda. -Toma las llaves, están en...

-Ya se donde. Gracias, Lucas.- Sus pasos se alejaron y yo me apreté con fuerza contra ella, haciéndole notar lo mucho que me ponía.

-Luke.- Siseó por lo bajo. Sus piernas se apretaron en torno a mi cintura y se frotó sobre mi erección.

Relamí mis labios mientras me acercaba a su boca, sus labios me recibieron ávidos, su lengua encontrándose al instante con la mía, sus párpados cayeron mientras se entregaba por completo a mi beso, sus manos sujetaron mi cabello tirando de el suavemente.

Sin atreverme a romper la conexión de nuestras bocas la llevé de vuelta a mi dormitorio. Lentamente la dejé caer sobre mi cama y sonreí. Se veía demasiado bien allí.
Una parte de mi mente seguía confundida tratando de entender qué le sucedía, digo, ayer estaba negándose rotundamente ante cualquier posibilidad de relacionarse conmigo y hoy estábamos a punto de tener sexo, por supuesto no me estaba oponiendo.

-Ve acá, Hemmi...- Mis labios la callaron cuando me posicioné sobre ella. Mis manos se deslizaron por sus piernas, llegando a sus muslos, separándolos para colarme en medio de ellos. -Hemmings.- Gimió.

Sonreí, bajando mis besos por la linea de su mandíbula hasta su cuello, sintiéndome realmente complacido con la reacción de su cuerpo. Carajo, Odette me desaba en la misma medida que yo a ella e iba a demostrarle algunas cosas.
Tomé la orilla de su blusa blanca y se la quité, mis ojos se deslizaron un poco tímidos por sus bonitos pechos ocultos bajo un sujetador blanco.

-Joder.- Susurré, prensando mi labio inferior con los dientes. Mis brazos la rodearon impacientes y con movimientos un poco torpes logré quitarle el sostén.

-¿Te gusta lo que ves?- Preguntó ella, su voz estaba ligeramente ronca y sus pupilas totalmente dilatadas, dejando solamente un fino arillo de verde rodeándolas.

Sus pechos eran lo suficientemente grandes para sobresalir de su complexión delgada pero sin llegar a ser exagerados. Cubiertos por la piel más blanca, suave y cremosa que conocía, adornados por unos pezones rosados que estaban tensos por la excitación del momento.

-No tienes idea.- La besé en los labios cortamente.

Mis manos fueron a parar al botón de sus jeans azules, abriéndolos y deslizándonos fuera de sus piernas, llevándome de paso sus botines marrones. Después de darle una mirada a su semi-desnudo cuerpo, relamí mis labios meditando cual sería mi siguiente movimiento. Puse una mano sobre su vientre, tomando después el borde de sus bragas, era un conjunto de encaje hecho para enloquecer a cualquier tipo que tuviese la suerte que yo poseía en este instante. Realmente cumplía su cometido. Tiré hacia abajo de sus braguitas, revelando su perfectamente depilado coño. Las ganas por verla gemir y retorcerse de placer nublaron mi vista. La quería gimiendo mi nombre. Gritando por mas.

mommykink stories : Odette  [ hemmings ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora