mommykink stories : Odette [ hemmings ]

nineteen ♚

⭐Luke.⭐

—¿Necesitas que te lleve a casa?— Logan preguntó, después cerrar la puerta de cristal con llave. El cansancio claramente reflejando en sus facciones.
  

—No es necesario, pero agradezco tú intención. — Contesté. Forzando mis labios a formar una sonrisa.

—Okay.— Encogió sus hombros. —Entonces te veo mañana. ¡Procura llegar temprano, Luke!— Sugirió por medio de una exclamación, alejándose de mí y del pequeño edificio en dónde trabajábamos. Miré a Logan hasta que abordó su Jeep y puso en marcha el vehículo, desapareciendo pronto en el tráfico. 

Lancé un suspiro mientras me ponía en cuclillas sin darle importancia a la gente que transitaba la avenida. Puse mi espalda contra la pared de ladrillos y rápidamente abrí mi botella de agua, llevándola a mis labios de inmediato, concentrándome en el líquido incoloro deslizándose por mi garganta para despejar unos segundos mi mente del pequeño ataque de pánico formándose dentro de mí.

Durante toda la tarde la sensación de angustia no había desparecido. Incluso sentía que con cada minuto transcurrido aumentaba. Y ahora que Odette estaba por presentarse en cualquier instante me encontraba librando una dura batalla contra​ las lágrimas de impotencia que retenían mis ojos.

No quería decirle. Pero no había otra opción. Noel iba a contarle su versión, y eso no saldría bien de ninguna jodida forma. Sólo esperaba que mi Mommy pudiera entenderlo y perdonarme por ser tan idiota.

Mi respiración se atascó cuando noté el familiar Ranger Rover color blanco de Odette detenerse ante mí, el claxon sonó y los faros frontales emitieron un parpadeo destellante como saludo.

El tiempo de contar la verdad sobre un hecho absurdo que ponía en riesgo mi noviazgo con la hermosa mujer dentro del vehículo había llegado.

Estás jodido. Susurró mi subconsciente mientras me levantaba y rodeaba el Ranger.

—Hola, bebé.— La dulce voz de mi Mommy saludó apenas abrí la puerta del copiloto.

—Hola, Mommy.— Murmuré, fracasando al tratar de sonar alegre. Cerré la puerta y fijé mi vista en el frente. Mordí con fuerza mi labio cuando su pequeña mano tibia se posó contra mi mejilla y me obligó a mirarla a los ojos.

—¿Qué va mal, amor?— Preguntó, mirándome con preocupación.

—¿Podemos hablarlo en casa, mommy?— Pedí, disfrutando el tibio toque de su mano.

—Okay.— Asintió, mostrándose confundida. —¿Por casa te refieres a tu apartamento o a mí casa?— Soltó una risita, aligerando el ambiente.

—Mi casa es dónde sea que estés tú. — Respondí. Logrando que una hermosa sonrisa se formase en su rostro, una sonrisa que por culpa de una estupidez se vería apagada. —Pero... hoy preferiría mi apartamento.

—Bien.— Asintió. —Puedes poner música mientras llegamos.— Sugirió, poniendo el auto en movimiento. 

Con una pequeña sonrisa asentí, sin embargo, decidí no poner ninguna canción de fondo. Mi vista estuvo puesta en la ventanilla durante el resto del camino, viendo las calles pasar sin realmente prestar atención a nada. Honestamente, no sabía cómo iba a contárselo. No tenía una estructurada charla para decirle a mi novia que no la había engañado aunque lo pareciera.