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Luke.




Era mitad de semana y me encontraba totalmente agotado, estaba conduciendo a mi apartamento luego de terminar con una tarde extenuante en la oficina de paquetería dónde trabajaba. Iba un poco retrasado para encontrarme con los chicos, los exámenes prácticamente estaban sobre nosotros por lo que decidimos tener una tarde de películas y golosinas antes de que el infierno se desatará. Mi apartamento una vez más serviría como refugio para llevar a cabo nuestra holgazanería sin preocuparnos por amonestaciones de ningún tipo.

Esa era una de las mejores ventajas de tener tú propio lugar.

Me deslicé a través de mis mensajes tomando la oportunidad que me dio el semáforo en rojo, releyendo la conversación de Odette. En sus mensajes Mommy me aseguraba que Noel estaba procesando las cosas y que estaba segura de que él no me detestaba o algo parecido, aunque yo no estaba tan seguro, el chico estuvo evitándome durante los últimos tres días de manera olímpica, inclusive, Calum y él evitaban mirarme cuando nos encontramos en los pasillos de la Universidad.

Noel estaba muy enfadado conmigo, algo razonable ya que una cosa era estar enterado de mi enamoramiento por su hermana y otra era verme besándola. Aún recordaba la manera en que su rostro había enrojecido y con gritos coléricos despotricaba en mi contra, haciéndome saber que era un pésimo amigo al haber estado saliendo con su hermana a sus espaldas. Ese día intenté aclarar las cosas con él pero de no ser por Odette y Calum, que literalmente lo arrastraron lejos de mí cuando el ojiverde levantó uno de sus puños con intenciones claras de dejarlo caer en mi rostro, ahora estaría inmovilizado en la camilla de algún hospital. Noel tenía antecedentes de ser extremadamente sobreprotector con Odette por lo que no me sorprendió la reacción que tuvo, de todas formas no podía evitar sentirme mal. ¡Joder, ese chico había sido mi mejor amigo desde los seis años!

Reinicié la marcha ante las protestas de los conductores que venían detrás, bufando y sintiéndome inconforme por no tener el tiempo suficiente que requería textearle un nuevo mensaje. Una vez estuve delante del viejo complejo departamental donde residía, bajé de mi auto asegurándome de cerrar bien las puertas de este y colocar la alarma, mi auto no era el mejor ni el más sofisticado, más no podía darme el lujo de que algo malo volviese a sucederle, había sido horrible no contar con el y no me apetecía repetirlo. Me adentré en el lugar arrastrando los pies.

-¿Qué hay, Gleen?- Saludé al portero, un hombre mayor de cuarenta años de aspecto un tanto intimidante.

-No mucho, chico.- Bebió de la taza negra enorme que dictaba una inscripción en letras blancas acerca de ser el mejor papá del mundo. -Ah, vinieron tus amigos. Él de cabellos locos y él que nunca deja de sonreír, están arriba con la muchacha rubia que siempre viene con él moreno y él de cabello largo, solo que está vez vino ella sola.

-Gracias por decirme, Gleen. Te veo luego.

-Claro, chico.

Súbitamente abordé el elevador, marqué mi piso en el tablero eléctrico y esperé impaciente a llegar. No es que me desagradase la idea de Odette conociendo a mis otros amigos, pero no estaba en mis planes que se conocieran por su cuenta, ellos podía llegar a rayar en la imprudencia cuando se sentían curiosos, cosa que me preocupaba. En cuanto las puertas se abrieron salí de la caja metálica, me quedé paralizado registrando las carcajadas provenientes de los dos chicos sentados frente a mí puerta y el suave murmullo de la voz femenina que se encontraba relatando alguna cosa graciosa, no me esperaba esto. Saqué las llaves de mi bolsillo generando un tintineo que atrajo la atención de Ashton.

-¡Huke Lemmings, hasta que te dignas a aparecer!- Exclamó, levantándose.

Tanto Michael como Odette le imitaron por lo que me apresuré a cerrar la distancia.

mommykink stories : Odette  [ hemmings ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora