Evan todavía sentía escalofríos.
Ya eran las diez de la noche, y aún no conseguía conciliar el sueño. Cada vez que cerraba los ojos volvía a su mente los ojos rojos que había visto en su aula, la silueta oscura recortada contra la ventana y ese sentimiento de miedo. No sabía por qué, pero le tenía pavor a esa mirada.
El despertador soltó unos pitidos: ya eran las once de la noche. Evan se dio la vuelta en las mantas, incómodo. "-¿Quién era? ¿Por qué le tengo miedo? Me siento como si ya hubiera visto esos ojos en otra parte..."- pensaba, mordiendo la manta. Después de pensar eso, cayó en los brazos de Morfeo.
Un rayo de sol entró de golpe por la ventana. Evan se despertó, medio zombie, al ver que la cortina estaba abierta. Miró el reloj y soltó un grito: ¡iba a llegar tarde! Salió de la cama a toda velocidad, cayéndose de cara al suelo; ignorando el dolor corrió a la ducha, se puso el uniforme y cogió una tostada que se fue comiendo (y atragantando) por el camino.
Se oyó la campana de la escuela. El chico apuró aún más el paso; esquivó a unos niños que jugaban con una pelota, saludó a su vecina y se encontró con sus mejores amigos. Estos también corrían, ni siquiera se saludaron.
La escena era realmente divertida: tres chicos, uno de ellos con una tostada en la boca, corriendo como unos posesos para llegar a tiempo a sus clases; mientras intentaban no atropellar a alguien.
Al llegar estaban sin aliento. Nagisa intentó decir algo, pero solamente se tiró al suelo y no se movió; Tatsumi estaba apoyado en la pared, medio muerto y Evan...bueno, solo digamos que estaba aún peor que Nagisa y su hermano juntos. Los alumnos todavía no habían entrado, y se oyeron una risas.
Evan y Nagisa subieron al segundo piso. Cuando llegaron a la puerta del aula sus compañeros ya estaban allí, muchos pálidos y ojerosos. El joven recordó que hoy ya no estaría el señor Harrison, y se sintió triste. ¿Quién les daría clases a partir de ahora? ¿Como sería?
Sonó de nuevo la infernal campana. Evan guardó el manga que se había traído en la mochila. Todos se fueron a sus sitios. Pero sobraba una mesa, al fondo de la clase.
- Pssssssssssss, Evan... - le susuró Nagisa.
- ¿Qué? ¿Ocurre algo?
- ¿Viste el sitio nuevo? ¿Crees que alguien se va a unir a nuestra clase, ahora que tenemos un nuevo profesor?
- Probablemente - respondió Evan, tan frío como siempre.
Nagisa hinchó los carrillos, y puso los ojos en blanco. Sabía que su mejor amigo siempre había sido callado, y aún no sabía ni como era posible que parecieran hermanos. ¡Eran completamente opuestos!
- ¡En pie! - dijo el delegado de clase - ¡Saluden! ¡Y...siéntense!
El nuevo profesor acababa de entrar. Era un hombre joven, de pelo castaño oscuro y ojos color café (MULTIMEDIA) Venía sonriendo y Evan oyó a las chicas murmurar. Ya había causado una buena impresión.
- Hola a todos, soy el señor Heiji y seré su profesor por el resto del curso - sin previo aviso, su sonrisa se borró - Ya me enteré de la suerte de su antiguo tutor, y de verdad lo siento . Pero - prosiguió, con la sonrisa de vuelta - hoy yo no soy el único nuevo. Quiero presentarles a su nueva compañera; pasa, por favor.
La puerta se abrió y Evan se levantó de golpe.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hola a todos!!!
Espero que por ahora os esté gustando la historia. ¿Quién será la nueva alumna?
Os dejo con la duda (o la certeza) de quién es! (Qué mala soy XD)
Sayonara!
{>Kinako<}
ESTÁS LEYENDO
Asesinato en la escuela
RandomEn el segundo curso de la escuela secundaria, Evan Kingston, de catorce años, vive una vida tranquila y aburrida. Hasta que un suceso cambiaría su vida para siempre, de una forma oscura y asombrosa.