Alejate por favor

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# 1° Semana
La vida en el instituto resultaba tediosa, ya estaba algo cansado de pasar todo el tiempo de la sala ensayo a la sala de grabacion. Los profesores practicamente no nos daban respiro, pero era entendible, nos encontrabamos en la escuela de artes mas prestigiosa del pais.
Aquella mañana del 14 de Noviembre parecia ser una mas del montón, pero para mi sorpresa resultó ser uno de los momentos más significativos de mi vida.
Salía del patio de entrenamiento fisico cuando lo vi.

- Dónde se supone que estoy? - se trataba de un muchacho pequeño, debilucho, y con un estilo radical.

- Si tú no lo sabes yo menos. - respondí de forma grosera, era obvio que sabía donde estábamos.

Seguí caminando mientras frotaba la suave toalla por mi cuello, las mañanas de gimnasio siempre me han agotado. No alcancé a dar ni siquiera dos pasos cuando un frío par de manos se posó bruscamente sobre mis hombros.

- No te dejare ir hasta que me digas como llegar a la oficina del director. - exclamó aquel duende con cara de principito.

- Ah si? quieres apostarlo? No me hagas reir tapete de entrada.-

Mi voz sonaba temblorosa quizás por la adrenalina que de repente se apoderó de mi por alguna extraña razón.Eché a correr con todas las pocas fuerzas que me habían quedado. Mi risa golpeaba mis oidos mientras me alejaba del lugar confiado de que aquel fenómeno no se daría a la tarea de seguirme el juego. Pero qué fue lo que pasó cuando me detuve? Pues aquel desconocido se encontraba detras mio, agitado por el fuerzo pero seguro de si mismo. Si tan sólo hubiese previsto que aquella jugarreta acabaría por resumir básicamente mi vida quizás unicamente le hubiese dicho la dirección correcta desde un principio.

- Vas a llevarme hasta la dirección del director? - preguntó.

- Pideselo a alguien más, no ves que estoy ocupado? -

- - Te lo pedí a ti, llevame a la oficina por favor. - aquel pequeñito seguía insistiendo.

Tomé mis auriculares y con gestos exagerados me los coloqué para darle a entender que ya no debía molestarme, pero ni siquiera eso parecía comprender. Al cabo de unos minutos llegué hasta la entrada de los dormitorios, lo consideré como la mejor idea ya que allí podría él encontrar a otra persona que lo ayude, alguien con ganas de hacer caridad.
Gire la perilla de la 210 y para mi fortuna mi compañero de cuarto estaba ahí, juntando sus cosas para ir a clases. Donghyuk era un buen muchacho, bastante centrado y  responsable pero muy divertido. A él le encomende la misión de llevar al muchacho hasta la dirección y a pesar de verse algo confundido aceptó sin más.

No volví a saber nada de ellos por unos días. Mis actividades diarias eran tantas que consumían mi vida.
Las noches de los viernes definitivamente eran los días más esperados por todos los alumnos ya que podíamos hacer fiestas y nadie podía refutar en nuestra contra ya que era algo así como un incentivo que los adultos nos daban.
Mis padres acababan de enviarme un envio repleto de ropa nueva y de mi estilo así que eso era motivo más que suficiente para crear un gran desmadre. Contacté a todos mis compañeros y compañeras para ir juntos a la fiesta del campus de los más grande. Los del ultimo año siempre daban las mejores fiestas y el alcohol abundaba allí.
La noche fue espectacular, el clima era perfecto, me veía realmente bien con mi camisa negra y mis jeans ajustados. Recuerdo haberme puesto algo expresivo después de tomar un par de copas pero ya todos sabían como era asi que eso no representaba un gran problema para conquistar chicas.
Estaba muy a gusto con una bella chica de cabello castaño claro, su perfume era muy seductor y sus ojos eran hermosos, creí recordar que tenía un lunar cerca de sus espesas pestañas. Todo hubiese sido perfecto de no ser por ese enano de jardín. Aquel irritante muchacho otra vez se encontraba frente a mi. Mis memorias de ese preciso momento no son muy claros, solo tengo presente que ese mocoso me saco de mi zona de confort y me llevó a la habitación, según él porque Donghyuk se lo había pedido.
--Ya estuvo bueno! dejame aquí yo se entrar solo - grite exaltado.
Sin embargo no me soltó, me sujetó fuertemente, como si su vida dependiera de eso. Ingresamos a la habitación y me acomodó en mi cama mientras me sacaba los zapatos.
-Vete! largo enano! - exclame.

- No me puedo ir... aquí vivo también- respondió murmurando.

- Qué? Es una broma? dime que es una broma estupida, tan estupida como tu. -

Debía tratarse de una broma, una muy pesada, de la cual me reiria luego. O al menos eso pense

Amame Por Favor //JunHwan //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora