Amame Por Favor //JunHwan //

Quédate por favor

# Capítulo 12

- Maldito idiota voy a romperte toda la cara- gritó el cara de ardilla con jopo.

- Quiero verte intentándolo, tócame un cabello más y serás historia inepto- respondí con furia.

Su puño se dirigió derecho a mi rostro, pero esquive el golpe y a cambio le devolvi el mismo movimiento logrando enterrar mi mano en su horrible rostro. La sangre se esparció por sus labios y la alegría que sentí al ver aquello fue tanta que me apresuré a seguir golpeandolo, lo tomé de su camiseta y continué dando puñetazos sin parar. Quise seguir hasta cansarme pero esas delicadas manos se posaron sobre mi otra vez. Por alguna razón JinHwan siempre estaba en todo lo que hacía y eso me irritaba demasiado. No tuve tiempo de pensar y mi inconciente me traicionó, golpeé al pequeñín sin querer. A pesar de que las cosas estaban mal entre nosotros jamás paso por mi mente la idea de golpearlo ya que el era como una flor, frágil y hermoso por donde se lo mirara. Tenerlo a mi lado me daba la misma sensación que cuando estaba con algunas de mis ex novias.

- Lo siento, lo siento JinHwan, no quise golpearte- atiné a decir entre la desesperación.

El pequeñín se frotó la mejilla en señal de dolor, pero no parecía molesta sino triste. Volví a disculparme mientras intentaba inspeccionar su rostro. El idiota de HanBin me tomó de los hombros y rodeo mi cuello con sus brazos. Me sujete fuerte para intentar quitármelo de encima pero parecía en vano así que comencé a patearlo como último recurso. Mi garganta dolía y mis pensamientos comenzaban a nublarse.

- Suéltalo! No vez que ya le hicimos mucho daño?- gritó el pequeñín con todas sus fuerzas.

HanBin no me soltó pero aflojó su agarre por lo que alejarlo de mi fue más sencillo. Tosi un par de veces mientras me estabilizaba.

- Tu no te metas enano. La cosa es con este bastardo- dije ni bien pude volver a hablar.

- No entiendo a que te refieres- le respondió HanBin.

Sentí que lo que vendría después sería sumamente importante y no me equivoqué.

- Hanbin te escuchó hablando por teléfono, creí que esa era una prueba contundente. Me dejé llevar por todo ya que me encontraba asustado por no poder recordar nada, de alguna manera quería llenar ese vacío, lo siento JunHoe.- El enano no pudo evitar llorar mientras hablaba.

- Qué significa eso?- pregunté sorprendido - Eso quiere decir que ya recordaste todo?-

Un silencio nos rodeó mientras esperábamos su respuesta.

Después de aquella explicación en lo único que podía pensar era en lo injusto que habían sido conmigo, en los pocos amigos que en realidad tenía, cuando yo pensaba que todo el instituto era mi hermano. Las miradas de todas esas personas que me juzgaron sin piedad, las drásticas decisiones del director y el sentimiento de ya no pertenecer a algo tan importante para mi, todo eso hizo rebalsar mi cordura.
Me ahogue en un llanto provocado por la rabia y la fueria. Quería gritarles en la cara a todos pero sobre todo a HanBin. Pero no lo hice, tampoco di a conocer la grabación que tenía de el, ni le mencioné nada al director. Comprendí que los males que llevaba encima a pesar de quitárselos siempre me dejarían manchado.
Después de toda esa escena no pude volver a mi dormitorio, ver la cara de DongHyuk y mucho menos la de JinHwan. No quería ni siquiera escuchar sus nombres así que le pedí a JiWon que me dejara quedarme con el por unos días.

El profesor Park se encontraba tan animado como de costumbre, yo solo yacía en una banca como un cuerpo sin vida. Alguien dijo un comentario sobre mi pero ya ni siquiera escuchaba palabras, todo era simple ruido para mis oídos.
Una cosa pegajosa cayó sobre mis pies... era malteada de azúcar. Me levanté de mi lugar, no para golpear al culpable, sino más bien para largarme de allí pero una sonora advertencia hizo que me quedara quieto.

- Ni se te ocurra irte de aquí- dijo la voz.

Seguí caminando hacia la salida cuando reconocí a quien pertenecía, pero un par de manos se aferraron a las botamangas de mis pantalones enchastrados en azúcar.

- Tu no tienes porque irte, te prometo que ya no tendrás que escapar más.- volvió a pronunciar. Lo observé detenidamente como advirtiendo lo que vendría después.