Especial JinHwan

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Especial JinHwan

Aquel 14 de Noviembre en que mis padres decidieron separarse y ese mismo día en que decidí irme de casa para estudiar lejos de todo ese caso que me estaba agotando lo conocí. El sujeto más gruñón, grosero y orgullo de todos.
No tenía pensado llevarme mal con nadie tan pronto pero en cuanto vi que aquel girafon me miró con cara de lastima no pude evitar dejar salir lo peor de mi. Necesitaba encontrar mi dormitorio y también la dirección del director y si no obtenía ayuda del primero al que le preguntase quizás habría seguido preguntando sin mas. Pero el se veía tan fácil de hacer molestar y su expresión de enfado era tan jodidademente hermosa que no pude resistirme a seguirlo.
Mientras atravesaba las puertas del instituto solo pensaba en lo mucho que me gustaría encontrar allí a alguien que me hiciera olvidar todos mis males. En cuanto lo vi allí parado secándose el sudor con una toalla al cuello algo hizo clic en mí, algo se encendió en mi interior que nunca pude volver a apagar, la llama del interés quizás.
Caminé hasta él con ganas de saber todo, desde su nombre hasta sus más absurdos miedos. En cuanto oí su voz mis piernas temblaron pero esa mala actitud suya me molestó tanto que por un momento olvide lo hermoso que era aquel sujeto de alto porte y esos cabellos negros.
Lo seguí a pesar de todo, lo hubiese seguido hasta a la luna si era necesario.
El destino es algo tan misterioso e inexplicables que muchas veces no queda más que aceptarlo y someterse a él. Al finalizar el día ya me encontraba en la misma habitación que aquel ángel de las tinieblas, pero el ni siquiera lo notó. Decidí no molestarlo al ver su indiferencia hacia mi. Verlo siendo tan amable con los demás, tan compañero, tan positivo y sociable me daba envidia. Había pasado una semana desde mi llegada al instituto y no tenia ni un solo amigo, y lo peor de todo es que había visto a mi ex por los pasillos ese mismo día que llegué y eso hizo que flaquee un poco en mi determinación de iniciar una nueva vida. Quería cambiarlo todo pero por algún motivo el pasado seguía persiguiendome. Por suerte no volví a verlo en un tiempo.
Ese primer fin de semana de mi estadía los estudiantes de las distintas especializaciones organizaron una juvial fiesta. Se veía divertido pero solo me límite a mirar por el balcón ya que me hubiese sentido mal llegar a un lugar donde no era bienvenido. Pero mi compañero de cuarto, el chico amable y muy aplicado en el estudio abrió la puerta de la habitación y de un tirón me encaminó hasta la fiesta. Intenté agradecerle pero la música estaba demasiado fuerte y no podía escuchar nada de lo que el tal DongHyuk intentaba decirme. Despues de un par de señas comprendí que quería que buscará a JunHoe, el ángel de las tinieblas como lo llamaba en mi mente. Recorrí todo el lugar en su búsqueda hasta que al fin di con él. El estado en que se encontraba daba lástima, sus amigos más que divertirse con el se estaban riendo de él y el no se daba cuenta. Un impulso hizo que lo sacase de allí con un par de jalones de brazo. Lo ayude a sentarse en un lugar lejos de todo ese barullo de gente ebria y me senté a su lado para descansar mientras tomaba un poco de aire fresco. En cuanto JunHoe empezó a hablar con esa parla digna de cualquier ebrio hasta la cabeza no pude evitar soltar una estruendosa carcajada, me asuste de mi mismo y así comprendí que hacía mucho tiempo que no sonreia ni me divertida. Las cosas se pusieron extrañas cuando noté que se aproximaba cada vez más a mi, con sus manos juguetonas y sus ojos titubeantes. Intenté alejarme pero su agarre era imposible de esquivar, y no podía engañarme, no quería esquivarlo, quería que me tocara y de solo saber que provocaba algo más en el que no sea el rechazo me entusiasmaba. Tenía la necesidad de ser su amigo, su compañero,su confidente y quien sabe que otras cosas. Quería tenerlo para mi, que no pudiese ir ni al patio sin mi.
Las manos de JunHoe recorrieron todo mi cuello, acariciaron mi mejilla y jugaron con mis facciones. Cerré los ojos para deleitarme y me estremecí al sentir como su lengua bordeaba mi lunar cerca del ojo. No pude evitarlo, me sentía en las nubes mientras me acariciaba. Me sentí una persona muy sucia por dejar que un extraño me toqueteara a su antojo pero lo estaba gozando tanto que perdí la razón. Sus labios pronto rozaron los míos y en cuestión de segundos ya me encontraba dominado por el poder de su lengua invasora, lo besé a mi antojo sabiendo que tal vez no recordaría nada de lo sucedido al día siguiente, y así fue, me aproveche de aquel gigantón tanto como quise y ni siquiera lo recordó luego.
Hacerme su amigo no fue tarea fácil, quería y me esforzaba por caerle bien pero el parecía resistirse cada vez que empezábamos a llevarnos bien.
Esas primeras semanas fueron bastante complicadas para mi, casi nadie se percataba de mi existencia y los pocos que me notaban me odiaban por ser bueno en las actividades curriculares, otros me odiaban por saber quien era mi ex pareja. Me preocupaba que se difundiera pero de algún modo el que había sido mi novio por casi un año logro apaciguar los rumores y callar por completo a esas personas que lo extorsionaban con contarlo. Pero las cosas no fueron igual de sencillas para mi. Algunas veces me empujaban, otras tiraban basura dentro de mi casillero, y cuando lograron artarme con todas sus bromas pesadas decidieron golpearme para hacerme saber que ellos no me tenían miedo. Unas patadas en el estomago, un par de puñetazos en el rostro y jalones de cabello. Así, fue como me la pase los primeros días en el campus.
Un día como cualquier otros dentro de ese calvario de bravucones y golpizas algo pasó,algo que me hizo comprender que no estaba tan solo después de todo. JunHoe se enfrentó a esa manga de idiotas y logró espantarlos por completo ya que no volvieron a molestarme, al parecer su reputación de chico rudo no era ninguna broma en el instituto. Pero no fue el hecho de que me haya ayudado a acabar con mis problemas dentro del instituto lo que hizo que lo admirase, sino más bien fue su postura frente a la vida, esa manera de enfrentar todo y a todos sin temor alguno. Comencé a tenerle envidia dentro de toda esa bola de sentimientos que tenía por el.
Las cosas con mis padres no estaban para nada bien e incluso iban de mal en peor. JunHoe se metió en muchos problemas por culpa de mi inestabilidad emocional, hasta llegaron a castigarlo y fue por eso que quise compensarlo con un picnic nocturno una de esas noches de castigo que ambos nos ganamos. Mi intención era hacerlo sentir bien pero también quería aprovechar la noche a solas con el para volvernos más cercanos. Estaba realmente nervioso ya que quería actuar amistoso sin demostrar cuan loco me tenía, pero me costaba mucho trabajo disimular cuando lo tenía tan cerca mio, bajo la luz de las velas y el silencio de la soledad. Tuve que hacer un gran esfuerzo para conservar su amistad y no confundirlo o espantarlo con mis deseos impuros. Sin embargo hubo un momento en que todos esos sentimientos hacia el se desvanecieron casi por completo, fue un lapso muy oscuro en nuestra relación y sinceramente me dolió más que muchas otros malos momentos vividos antes. Llegué a creer que el me había arrojado a la piscina ,sabiendo que yo no podía nadar, para luego rescatarme y exigir una recompensa al decano por su buena acción. Pero todo fue culpa de HanBin, el entrometido de mi ex novio. Se que no lo hizo con malas intenciones, el siempre quizo verme feliz sin importase que pero su intromisión realmente me causó muchos problemas. Y no sólo eso,lo mas importante de todo, le había causado muchos problemas a JunHoe, quién sin merecerlo perdió incluso su puesto en la competencia de talentos interestatal que según había oído era muy importante para todos aquellos que anhelaban un futuro en la industria artística. Fue terrible, lastime a ese noble ser humano y para cuando me di cuenta de mi gran error el ya se encontraba por el suelo, humillado y lastimado. Llegué a pensar en irme del instituto y dejarlo todo así, pero si hacía eso probablemente no me lo hubiese perdonado nunca.
Cuando JunHoe se entero que fue HanBin quien difundió todos esos rumores inciertos todo empeoró aun más, llegaron a golpearse e incluso golpearme a mi, pero eso no importó, al fin y al cabo me lo merecía. Sabía que solo yo podía frenar con toda esa pesadilla en la que nos encontrábamos inmersos y si tenía que arriesgar mi poca reputación y quedar como el mentiroso más grande frente a todos los alumnos pues entonces así sería. Expliqué todo a mis compañeros y luego a los directivos, solo quería devolverle la paz a JunHoe y lo logre después de todo. Pero las cosas no resultaron tan buenas para mi, volví a ser hostigado, pero esta vez por todo el mundo, ya no sólo por unos cuantos. Si no hubiese sido por el mismísimo JunHoe que se apiadó de mi y me perdono por haberle fallado quizás hubiese acabado por irme de allí como un cobarde.
El profesor Park incluso devolvió su rol en la coreografía a JunHoe y fui yo el encargado de ir a buscarlo para que regresase después de que el decidiera anotarse en las clases de teatro. Sabía que no sería sencillo converselo de regresar al lugar donde antes lo habían hecho sentir muy mal pero lo que no imaginé jamás es que acabaría en el escenario con una peluca de damisela recitando un guión de una antigua obra frente a un montón de desconocidos y mucho menos que tendría a JunHoe allí simulando un Romeo tan absorto en su papel de amante desvanecido. Tantas cosas pasaron por mi mente en esos breves segundos, pensé que salir corriendo y pedir disculpas luego a todos los que se encontraban presentes pero los labios del gigantón se veían tan sugestivos, barnizados por un tinte rojo que parecían destellar sobre ellos un gran cartel que decía "besame". Y así lo hice, lo besé sin más, cerré mis ojos y apoye mis labios sobre los suyos. No quería despegarme jamás, pero noté como se sorprendió al percatarse de lo que estaba sucediendo. Cuando el telón se cerró corrí de prisa intentando evitar las explicaciones pero el me detuvo y caí rendido una vez más, ya era inevitable disimular lo que era obvio. Aquel hombre alto de potentes brazos y mirada de fuego podía derretirse con solo decirme "enano" y es que tanto lo deseaba que sus labios era lo único que mis ojos observaban. Lo provoque, pero no pense lograr despertar en él algo más que una amistad. Finalmente me besó, como se besan un par de amantes desesperados por unir sus cuerpos, me besó como se besa al ser más amado. Me besó y lo seguiría repitiendo una y mil veces, JunHoe me besó. Su lengua, su aliento, el sabor de sus labios, el agarre de sus enormes manos y sus roces contra mi cuerpo, todo era perfecto en el y aquella vez tuve en placer de sentirlos nuevamente.
De más esta decir que JunHoe se había vuelto mi todo desde que puse un pie dentro de aquel lugar. Y lo siento si pareciese que soy un chico fácil que solo busca acción pero es que ese chico es tan caliente que enciende todos mis sentidos cuando lo veo.

Amame Por Favor //JunHwan //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora