Capitulo 12

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Perspectiva de Anastasia Steele

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Perspectiva de Anastasia Steele

El aire choca contra mi rostro, el sol ilumina cada facción, la leve música tranquilizante me rodea siendo acompañada de las lentas carcajadas de mi hijo. Solo puedo decir una cosa, la sensación de libertad es mágicamente increíble, la sensación de volver a sentirse viva, es como si hubiera vuelto a nacer, es como si fuera un ser nuevo y sería así de no ser por aquellos fríos y tenebrosos ojos azules que se me aparecen en medio de la oscuridad cada que cierro los ojos, aquellos mechones rojos como el fuego del infierno enmarcando un rostro engañoso de ángel. Los recuerdos vividos son los que me hacen acordar que por más maravilloso que parece el ahora no podré borrar la suciedad que en mi cuerpo se encuentra impregnada, en cada centímetro de mi piel aferrada, por más maravilloso que sea el presente tuve un tenebroso pasado. Los recuerdos de lo que me ha pasado es lo que me va impedir ser plenamente feliz.

—Eso es un carro. —le señalo con el dedo aquellos autos que pasan por debajo a mi hijo que ve maravillado todo. Ya debería saber esto, ya debería haber aprendido sobre estas cosas, sobre cosas básicas de la vida pero por obvias razones no lo hizo. En lugar de eso se saltó una gran etapa cayendo directamente al sufrimiento de un adulto, espero pueda recuperar su niñez. Le beso la cabeza.

Me sonríe, su sonrisa instala un poco de calma a mí enturbiada alma a la par que los mechones de mi cabello continúan moviéndose al vaivén que el viento marca. Christian que ha permanecido a mi lado en silencio, observando desde la ventana lo pequeño que se ve todo solo sonríe de igual manera a mi hijo, comparten una mirada especial de la cual me siento una entrometida. Unos hoyuelos aparecen. —Yo tengo muchos. —

—Sí. —vuelve a gritar Walter, su voz tan chillona, tan feliz, tan de niño me hace recordar que de verdad su niñez no ha quedado tan marcada, tal vez hice un buen trabajo protegiéndolo de todo, tal vez no se acuerde de absolutamente nada y no sepa muy bien que es lo que de verdad ha pasado en aquel lugar del cual no quiero pensar. No quiero acordarme. —Yo subí en uno. —

Su diente faltante de adelante queda a la vista, se le acaba de caer esta mañana cuando lo encontré durmiendo con Christian, una imagen tierna, una imagen digna de enmarcar con mi pequeño sobre el enorme cuerpo de este hombre. Una imagen fascinante pero que en cierto punto no me gusto pues no quiero que se encariñe con él, no quiero que desarrollen un lazo tan fuerte ya que luego la pronta separación va ser más difícil, y yo no quiero tampoco encariñarme con él.

—Ya te enseñaré los demás. —la ronca voz del hombre de ojos atrapantes grises se hacen presentes. Asiento para mí misma sin que me extrañe mucho que con el poder que posee este hombre tenga tantos autos en su poder, más bien me parecería raro que solo posea uno, eso sí sería muy raro. Taylor se hace presente en la sala, se para en la entrada lanzándole una mirada a Christian que parece entender todo lo que le quiere transmitir pues se pone de pie removiendo el cabello de mi pequeño que se abraza más a mí, Taylor sale de la sala luego de haberle quedado claro que su jefe entendió todo con una simple mirada y una mueca, manera extraña de comunicarse. —Vuelvo en un momento. Tengo que atender a alguien. —

Una Segunda Oportunidad (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora