Capitulo 5

2.7K 229 38
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perspectiva de Christian Grey

No he podido dejar de pensar en todo eso ni un solo día que llevo en este país, no he podido dejar de pensar y hacerme a la idea en todo lo que me espera cuando llegue a esa ciudad, cuando regrese a casa. Mi llegada cada vez está más cerca, los días han pasado en un abrir y cerrar de ojos y como quisiera que de igual manera los problemas pasarán pero no, no pasan para nada, siguen ahí esperando ser tomados por mí pero lo irónico de todo es que este no debería ser mi problema, no debería estar ocupando mi tiempo ya que es un asunto familiar, que si bien soy allegado a ellos no pertenezco a su familia, esto solo deberían interesarles a la familia Steele más no a mí, pero también me siento responsable con ese niño, de su seguridad, no puedo permitir que crezca lejos de su madre sabiendo que ella la quiere, no debe pasar por lo que yo pasé creyendo que su madre lo rechazo aunque bueno a mi madre biológica le importaba más la droga que yo y el pequeño tiene a su madre que lo quiere. Porque aunque no la he visto sé que lo quiere, no ha permitido que le hagan mucho daño –físicamente- y el solo pensar en lo que habrá tenido que pasar para mantenerlo a salvo, las cosas que le habrán hecho hacen que una rabia tonta crezca en mi interior. Un fuego que no puedo controlar y que no pienso controlar, simplemente lo dejo estar sin prestar mucha atención al igual que ahora no presto atención a la reunión. No prestar atención a la importante reunión si tendrán consecuencias, lo otro no sé.

—Señor Grey. —la voz del hombre que dirige la empresa de este país cuyo fuerte sol que brilla en el cielo hace que cada rincón de su oficina se vea iluminado, me mira atento esperando que diga algo. Al yo no saber que responder, pues estaba mi mente viajando por lugares inhóspitos, tengo diez pares de ojos fijos en mi rostro incluyendo a Ross que me observa con el ceño fruncido, la única en esta sala que es capaz de mirarme con exasperación. Mi rostro no sufre ningún cambio, no me intimido permaneciendo en mi papel de empresario exitoso, con las facciones duras emitiendo mucha seguridad aunque no tengo ni la más mínima idea de lo que hablaban. —¿Entonces qué es lo que opina? ¿Va firmar el contrato, ahora sí? —

La misma pregunta me ha hecho, la misma pregunta que me ha hecho en esta semana cada día, la misma pregunta que se ha encargado porque acepte llenándome de adulaciones y al igual que los otros días no he prestado ningún tipo de atención a sus palabras como para tomar una decisión correcta pero ya no puedo alargar más este asunto, tengo que terminar con todo.

—Ros. —atraigo la atención de la pelirroja mientras mi celular comienza su vibrar en el bolsillo del pantalón, otro nuevo día más mensajes por parte de ella. —¿Tienes claro todo? —

Mientras todos esperamos una respuesta de su parte doy un sorbo a mi vaso con agua, el agua normalmente ayuda a refrescar mi garganta pero ahora está resequedad no pasa para nada, el vaso llega hasta la mitad cuando lo vuelvo a reposar en la mesa de cristal; las plantas colocadas en cada rincón de esta sala de juntas ayuda a que el ambiente tenso se relaje un poco con el olor que expulsan. Pareciera que Ross se ha convertido en una de esas mujeres que dictan los ganadores de la lotería, y eso es lo que es en cierto punto porque juntarse con mi empresa eso traerá. Que firme será mejor que el mayor premio de la lotería, sin ser soberbio.

Una Segunda Oportunidad (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora