Capitulo 14

2.4K 211 30
                                    



Perspectiva de Christian Grey

Con una leve mueca, que va entre la incomprensión y la alegría, una mezcla extraña de sentimientos observo como Walter se ha quedado dormido de forma tan rápida, al parecer ya estaba cansado y con tan solo pasar una hora junto a mí callo en un profundo sueño. Me siento a su lado sin comprender aún como esto tan fuerte, está unión tan compleja se ha desarrollado entre los dos de manera tan rápida pero bien decía Grace cada que podía verme >Un niño elige a quien querer sin importar que tipo de persona sea, son seres inocentes< y yo al igual que siempre le respondía >Tranquila, que en mis planes no está tener un hijo < para luego darle un beso en la frente, cerrar la puerta de su casa e irme para no verla después de un mes y de esa manera evitar ese tipo de conversaciones de sentar cabeza, de formar una familia. Eso más bien debería decírselo a Elliot que entierra su polla en cada agujero que encuentre en la ciudad.

Pero mientras le acaricio de forma lenta el castaño cabello de este niño que se aprieta más al sillón como buscando mi calor me doy cuenta que tiene razón, que Grace tenía mucha razón pues si este niño pensará bien las cosas en definitiva no quisiera estar cerca de un ser oscuro como yo. Me remuevo en el lugar con cuidado, en mi asiento espantado por todos estos sentimientos profundos que en mi ser habitan pero no tengo mucho tiempo para pensar al darme cuenta que ya diez minutos más han pasado y Anastasia aún no aparece, muchas ideas de lo que pueden estar haciendo ellos dos se me cruzan ahora por la cabeza, muchas ideas revientan cada parte racional de mí y ninguna de las posibilidades me gustan, todas son molestas empezando porque no debería importarme para nada lo que hacen ellos dos y terminando porque no quiero que ese hombre toque con sus labios los delicados de ella.

Me pongo de pie, con cuidado de que Walter no se despierte, admirado miro mi trabajo cuando únicamente se remueve en su lugar, cuanto deseo yo poder dormir así de tranquilo, así de pacifico sin ayuda de ninguna jodida pastilla pero supongo que es algo imposible. Taylor aparece en la sala, caminando con cuidado al ver que el niño duerme. Es un hombre en el que siempre he confiado pero que acaba de cometer el peor error ahora al recomendar a aquel tipo aunque claro que él no tiene la culpa de que sea conocido de Anastasia –muy conocido- ni mucho menos que yo me ponga de un modo tan irracional. Comienzo a odiar en lo que esa mujer de mirada amable pero tomentosa me está convirtiendo, comienzo a odiarlo mucho.

—¿Señor, desea que haga algo por usted? —en un susurro que logro escuchar pregunta manteniendo sus brazos cruzados, su mirada de respeto pero a la vez que no va dejar que ni siquiera yo le pase por encima ante una injusticia.

Deseo que ahora mismo desaparezca al tal Sawyer antes de que profane los labios de ella, no le digo eso, no se lo digo por el simple hecho de que confió que al menos sea un buen trabajador –aunque lo parece- y si tengo que aguantar esta rabia irracional con tal de que Anastasia este completamente segura y bien pues supongo que haré ese sacrificio, al igual que mi polla hace el sacrificio de controlarse.

—Sí, por favor lleve al niño a su cuarto. Yo tengo unas cosas que revisar. —él parece sorprendido por mi petición, se lo diría a Gail pero supongo que seguirá ocupada terminando de limpiar con cuidado el cuarto rojo. Con paso cansino y con la mala gana detallada en su rostro camina hasta donde el niño se encuentra, como temiendo a un ser tan pequeño e indefenso. Me causa mucha gracia ver que a él le intimida también aquel niño, pero no río. Solo me mantengo de pie observando como sus manos se cruzan por debajo de la pequeña cintura. —Cuando lo deje en su cama, póngale una almohada a su lado para que lo abrace y quédese con él unos diez minutos. —mi decisión es clara, tengo que saber exactamente todo lo que ha pasado. —Luego estate atento que tal vez lo necesite para un par de cosas. —asiente, posando aún con temor la cabeza del pequeño en su hombro, pequeño que tiene una sonrisa curvándose en los labios que hace mi mundo tambalear. —Agárrelo bien que no muerde, y cuídelo que no quiero que le pase nada. —

Una Segunda Oportunidad (Grey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora