Harry
Agarro el volante con tanta fuerza que mis nudillos se vuelven blancos. Si no bajo la velocidad, me van a detener o voy a envolver mi camioneta alrededor de la baranda. Reconociendo esto, mi pie sigue sin dejar de presionar el acelerador.
Ella baila igual que como lo hacía Penny.
El estilo, la gracia, la clase.
Con una sonrisa triste y los ojos cerrados. Como si tuviera un secreto. Como si su mente hubiera desaparecido en algún lugar, como si estuviera imaginándose en cualquier otro lugar, en vez de en ese escenario.
Es algo de belleza rara, la forma en que su cuerpo suavemente giró, se hundió y contorsionó, burlándose de los hombres sin la necesidad de yacer desparramada o con el culo en el aire como cualquier otra bailarina.
Me encontraba duro en el segundo que dio un paso hacia el escenario. Pensaba alguna manera de tenerla en una habitación privada cuando su parte superior por fin salió.
No soy mejor que Rick Cassidy o cualquiera de esos otros buitres.
Finalmente suelto el aliento que estoy conteniendo, levanto el pie del acelerador, ralentizando mi Navigator hasta el límite legal. En el fondo, sé que no es verdad. No justifico a las chicas por drogarse para aflojarse para dar un baile y shows privados. No llevo a las chicas a una prueba de manejo cuando las contrato, y seguro que no exijo mamadas al final de la tarde. Las bailarinas ya ni siquiera me excitan. Todo lo que veo son niñas que necesitan una segunda oportunidad. Niñas que necesitan que alguien las proteja, porque nadie lo ha hecho.
La forma en la que debería haber protegido a mi hermana.
Y a Penny
Pero aquí esta una mujer que yo quiero. En el segundo en el que Ben empezó a bromear acerca de cómo sus pechos eran demasiado perfectos para ser naturales y cómo lo descubría él mismo esta noche, le dije que estaba despedido, y no bromeaba. Él y Nate intercambiaron una mirada de qué-mierda-está-mal-con-él y entonces creo que Ben se dio cuenta, porque preguntó qué pasaba entre Charlie y yo. Decidí que tenía que salirme antes de que hiciera más el ridículo.
Así que, me escapé.
No sé si puedo manejar el saber que ella está haciendo eso en mi club todos los días. Una tentación que podría no ser capaz de ignorar indefinidamente porque, maldita sea, este sentimiento es tan adictivo como una dosis de heroína.
Contratarla sería una mala idea.
Reconozco esto incluso mientras echo un vistazo a la pila de papeles que se encuentran en el asiento del pasajero. La aplicación de Charlie, su identificación, todo lo que necesito enviarle a mi investigador. Con solo mirarla, a la fotocopia de su cara, me recuerda mi malestar actual. Me acomodo. Es un poco después de las once. Incluso con mis normales cuatro horas de sueño y un entrenamiento de dos horas, esta será una larga noche de mierda.
Presiono el botón de marcado situado en mi volante.
***
-Ha pasado un tiempo -ronronea Rebecka, pasando por mi puerta principal. La voz de la mujer tiene una nitidez que raya en lo arrogante. Hasta que está gritando, de todos modos.
- He estado ocupado. -Me las arreglo para decir con la boca llena de coñac.
-Me alegro de que hayas llamado. -Pasando sus manos por su cabello negro azabache, añade-: A pesar de que ya es tarde.
-Me alegro de que vinieras.
-Y tú también, pronto. -La sangre corre por mi polla con su promesa. Sus agudos ojos azules recorren mis gabinetes cuando entra en la cocina-. El valor de la propiedad ha subido. Podría hacerte un montón de dinero si vendes ahora. -Fue su agencia de bienes raíces la que me vendió este apartamento en primer lugar. A veces creo que sigue volviendo más por la oportunidad de negocio que por el sexo. Creo que podría ser esa clase de mujer.
-Lo tendré en cuenta -le aseguro en un tono seco mientras la observo dar vuelta y acecharme lentamente, una sonrisa burlona en sus labios pintados de rojo.
Sus dedos van directo a mis pantalones, hábilmente deshaciendo el botón y bajando la cremallera. -Has eso.
Ese será el punto de nuestra conversación durante la noche.
En segundos, Rebecka está de rodillas con esos labios envueltos alrededor de mí, tomando toda mi longitud. Con un gemido, bajo el vaso. Agarro la parte posterior de su cabeza con una mano, la jalo contra mí. Normalmente nunca le haría eso a una mujer, pero a Rebecka le gusta.
Me pide que le haga un montón de cosas que a otras mujeres no les gusta.
Cosas que me deberán dar unas horas de distracción antes de tener que decidir qué hacer con Charlie.
Recuerda: Vota y/o comenta.
Gracias :)
ESTÁS LEYENDO
Four Seconds To Lose |HS|
FanfictionCuando una hermosa bailarina cruza su puerta, el propietario de un club de striptease debe decidir si seguir sus reglas o a su corazón. Serie #Ten Tiny Breath - Historia Adaptada.