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Harry

El lugar es un jodido desastre, vasos y botellas vacías en todas partes. Nate está sentado en el escenario con la espalda apoyada en la barra del striptease, encorvado. Centrándome en él, un poco más de cerca, veo que sus ojos están cerrados. 

Las risitas de la habitación V.I.P. me dicen que Mercy y los otros, probablemente Ben incluido, todavía están ahí, profanando el espacio. Aparte de ellos, el lugar está vacío. Enciendo las luces y agarro un poco más de agua, luego compruebo las puertas para asegurarme de que están cerradas y la seguridad establecida. 

Charlie está roncando tranquilamente cuando vuelvo. Pongo una manta sobre su cuerpo y paso un buen rato viendo a la mujer por la que he llegado a preocuparme tan profundamente. 

Y luego saco su archivo de mi armario. Compruebo la fecha de nacimiento para confirmar que se trata del veintitrés de septiembre. Nunca he estado en Indianápolis, pero me resulta difícil de creer que tengan suficiente nieve para montar en trineo en septiembre. Esa es mi primera pregunta. Sin embargo, tal vez haya una explicación. Tal vez lo celebraron con unos meses de retraso. Tal vez fueron al Polo Norte para su cumpleaños. 

Aunque, más importante... ¿quién coño es Sam?

***

Sé que está despierta antes de que haga un sonido o mueva un músculo. Lo noto en su cuerpo, la forma en que se pone rígido contra el mío. Me las arreglé para deslizarme anoche por debajo de su comatosa constitución y tomar unas cuantas horas de sueño con ella en mis brazos. —¿Sabes qué hora es? —pregunta con voz ronca y la siento tragar varias veces. 

Agarro de nuevo mi teléfono que puse en la mesita de noche, abriéndolo para comprobar. —Las once. 

Ella deja escapar un pequeño lindo gemido. —Dios, bebí mucho anoche. Nunca había bebido tanto. 

—¿Cómo te sientes? 

—Puede que esté todavía borracha. 

Me río y luego hago una mueca de dolor, haciendo su aparición el primer signo de mi propia resaca. La siento tragar de nuevo y me doy la vuelta para tomar una botella de agua. —Toma, bebe esto. 

Ella gime con aprecio, moviéndose en mi ingle. —¿En serio, Harry? —niega con la cabeza. 

—Lo siento —murmuro—. Es por la mañana y estás tumbada encima de mí. 

—Hmm... —Observo mientras se mueve despacio en una posición sentada. No he olvidado lo que dijo anoche. Estaba borracho, pero no estaba tan borracho. Sé que le dije que no me importa su pasado. Y es verdad. Pero hemos estado juntos desde hace semanas. Me gustaría saber quién coño es Sam y por qué se está refiriendo a él como su padre, cuando el nombre de su padre es George Rourke. 

¿O no lo es? 

Parándose, se tambalea un poco, usando la pared para apoyarse mientras se dirige hacia el cuarto de baño. —Sí, estoy bastante segura de que todavía estoy borracha —anuncia, toqueteando la luz interior antes de cerrar la puerta. 

Si no fuera yo, tal vez no me preocuparía mucho acerca de esto. Pero este soy yo y ella todavía no ha divulgado una maldita cosa acerca de sí misma, incluso después de decirle mi historia para que ella la juzgara. Me quedé despierto debajo de ella durante horas, tratando de racionalizarlo, diciéndome a mí mismo que no me importaba. Aun así, siento filtrándose una sensación de amargura. Un toque de traición de esta mujer que no confía en mí o en mi palabra, que nunca podría utilizar para echarle en cara su pasado. 

Four Seconds To Lose |HS| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora