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  – Hace un par de semanas cerramos un negocio – dijo sonriendo, quizá por mi comentario anterior – por cierto, es muy talentoso con los números... y ya veo que para otra cosa también – agregó poniendo su mano en la mesa y rozando la mía, pero yo la retiré nerviosa.
– ¿Por qué me llamaste en la tarde?, no me digas que no sabías que vendrías aquí.
– No pensaba hacerlo – puso su pie pegado al mío – pero, en vista de que no estabas disponible, no tuve otra opción, jamás me imaginé que tu compromiso fuera este.
– La vida es un equilibrio – dije irónicamente – no me la paso teniendo sexo todo el día – agregué un tanto seria.
– Yo tampoco – dijo muy sonriente – aunque... con cierta "desconocida" de ojos color verde con la que estuve toda la noche del viernes – se acercó a mi oído – sí podría – agregó en tono sensual disparando todos mis sentidos.
– Basta de juegos... eso no puede continuar, tus reglas están rotas – aseguré haciéndome para atrás.
– En ese caso... disfruta de este otro juego – soltó una risita – es decir, del partido – me guiñó un ojo y luego caminó hacia su lugar.

Yo me quedé ahí parada, sosteniéndome del filo de la mesa, tratando de regular mi respiración, ¿qué se traía entre manos?, cómo podía ser tan cínico de coquetearme de esa manera cuando su novia estaba ahí y además zayn, ¿acaso no le importaba que se dieran cuenta?, ¿ahora ese era su juego? Moví la cabeza y me fui a mi lugar.

El partido terminó, ganaron los Gigantes y Romina propuso ir a cenar, para celebrar, pero yo les dije que me dolía la cabeza y que mañana tenía que estar muy temprano en la oficina para armar una nueva campaña.

– Ni modo, tú te lo pierdes – dijo Romina sonriendo – en verdad me dio mucho gusto conocerte – agregó mientras yo pensaba si le daría el mismo gusto saber que me había revolcado con su novio en más de una ocasión.
– El trabajo es primero, ya habrá oportunidad de convivir en otra ocasión – intervino zayn haciendo que yo entrara en pánico, no, yo no podía volver a convivir con ellos.
– Viejo, es bueno trabajar, pero no olvidándose de la diversión – dijo Alonso mirándome.
– Tú porque eres millonario, pero uno que es un simple mortal tiene que echarle todas las ganas al trabajo para conseguir lo que uno quiere – rebatió zayn.
– El dinero no lo es todo zayn, hay que darse tiempo para los placeres que la vida nos da o, ¿tú qué opinas... ____?
– Que la vida es un equilibrio – repetí desviando mi mirada.
– ¿Lo ves zayn?, no todo puede ser trabajo.
– Tienes razón Alonso, tienes razón, otro día vamos a cenar.
– Un viernes por ejemplo, para así no tener que levantarse temprano al otro día – propuso Romina que sostenía a Alonso de un brazo.
– Claro – dijo zayn titubeante.   

Ardiente Tentación (Alonso Villalpando Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora