– Buenas tardes – dijo en tono firme.
– Buenas tardes, Alonso Villalpando– respondió extendiéndole la mano ya que yo estaba en shock sin poder hablar.
– Sí te recuerdo, eres el hijo de Columba, ¿no? – exclamó estrechándole la mano.
– El mismo, perdón por lo que acabas de presenciar... – comenzó a explicar.
– No necesito detalles – interrumpió – mañana hablamos ___, voy a ver a un cliente – añadió mirándome y sólo pude asentir con la cabeza – gusto en verte Alonso, dale saludos de mi parte a Columba, por favor.
– Claro, con gusto, hasta luego.
Y se fue, yo sentí que estaba a punto de desmayarme, si había despedido a Carolina por el escándalo en un centro comercial, ¿que podía esperar yo si me había pillado en mi oficina en un acto poco decoroso? Vi que Alonso se asomó y luego de unos segundos volvió a entrar y cerró la puerta, supuse que lo vio entrar al ascensor, yo seguía paralizada y él hizo a un lado al oso y luego se paró frente a mí.
– ¿En qué estábamos? – dijo sonriéndome mientras me abrazaba.
– Alonso, basta por favor, puede regresar, además todavía hay otras personas trabajando – repliqué poniendo mis manos sobre su pecho.
– Tú lo has dicho, trabajando y no creo que tu jefe regrese – me dio unos besos en el cuello – además tú y yo no hemos terminado de reconciliarnos y no puedo esperar – agregó apretando mis nalgas con sus manos.
– Tengo que terminar unos pendientes – respondí acariciando su pecho.
– Este es el más importante, todo lo demás puede esperar.
Volvimos a besarnos desesperadamente, la interrupción hizo que las ansias aumentaran. Me hizo caminar mientras nuestras bocas seguían unidas y yo desabrochaba presurosa los botones de su camisa, sentí que mi espalda chocaba con la puerta, entonces comencé a besar su torso en tanto él deslizaba sus manos por debajo de la falda para quitar mi ropa interior, yo desabroché velozmente su cinturón y su pantalón, deseosa de sentirlo ya dentro.
Levanté los pies para deshacerme por completo de la prenda que estorbaba y él subió la falda casi hasta la cintura, me tomó de las nalgas para que lo rodeara con mis piernas y entró en mí, me mordí el labio para que el grito no se me escapara y apreté sus hombros, él comenzó a moverse con rapidez, era demasiado intenso el deseo como para hacerlo lento, sentía mi cuerpo arder en cada movimiento, lo sujetaba fuertemente de la espalda mientras me perdía en el inmenso placer que estaba sintiendo. Buscó mi boca y me besó ansiosamente, después de unos instantes rompió el beso, pero nuestros labios permanecieron unidos y sentimos como ambos llegábamos al orgasmo exhalando el uno en el otro mientras yo lo apretaba de la espalda, volvió a besarme saliendo de mí y yo bajé mis piernas.
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Ardiente Tentación (Alonso Villalpando Y Tu)
FanfictionEllos creían que solo el sexo los unía pero lo que no sabían era que gracias a su magnífico sexo se enamorarían