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Después Columba se acercó a Carolina y a mí y nos saludo con un gran abrazo, de inmediato noté el hermoso anillo de oro, con un diamante al centro, que portaba en su dedo anular de la mano izquierda.

– Muchas gracias chicas, todo está espectacular.

– No tienes nada que agradecer, es nuestro trabajo y lo hacemos con gusto – respondió Carolina.

– Y los vestidos les quedaron perfectos, ustedes también van a pasar a modelar, ¿eh?

– No Columba, de ninguna manera, te lo agradezco, pero no hay forma alguna de que yo me suba a esa plataforma – dije un tanto seria y con miedo.

– Pero si te ves hermosa ___, aunque yo había pensado que te pusieras el vestido rojo, no es que se te vea mal a ti Carolina, para nada, pero los elegí pensando en sus respectivas personalidades.

– Por eso yo traigo el rojo, ____ es muy tímida y quiere pasar desapercibida.

– Pues yo percibo en ella un lado muy sensual que debería explotar – aseguró guiñándome el ojo.

–Columba, que cosas dices – exclamé muerta de la vergüenza, con la cara roja como tomate, si supiera cuanto había explotado esa parte con su hijo.

Entonces, vi que los fotógrafos corrían a la puerta y volteé motivada por la curiosidad y lo vi entrar, Alonso Villalpando en todo su esplendor, vistiendo un smoking y corbata negra , con una camisa blanca, el cabello un poco más arreglado que de costumbre, pero sin perder su toque, era un monumento a la belleza masculina. Mi corazón empezó a latir a toda prisa mientras lo veía posar junto a Romina, quien lo tenía tomado por un brazo, no pensé que vendría con ella, pero claro, no podía llegar solo tampoco.

Me excusé con Columba al ver que caminaban directamente a ella y me fui a meter a la cocina, con el pretexto de ver si ya tenían listos más bocadillos. Me quedé ahí varios minutos hasta que escuché que el maestro de ceremonias le pedía a la audiencia que tomaran asiento porque estaba por empezar el desfile. Salí a ocupar mi lugar y en el camino me atajó Romina.

– ___, ¡que sorpresa verte aquí!, ¿y zayn? – exclamó abrazándome.

– No pudo venir, está en un viaje de negocios – respondí al separarnos.

– Ese hombre no cambia, no sabía que eras amiga de Columba.

– No lo soy, yo trabajo en la agencia de publicidad que organizó toda la promoción del evento y de la línea de ropa.

– ¿En serio?, ¿eres la responsable de los espectaculares que hay en la calle?, te felicito, están geniales.

– Bueno, en realidad mi compañera Carolina es la que lleva la cuenta, yo sólo estoy como apoyo.

– Buenas noches – dijo Alonso parándose a su lado y pasé saliva al verlo.

– Buenas noches – respondí con voz ronca por la impresión.

–No pensé encontrarte aquí – agregó extendiéndome la mano para saludarme.

– Soy una de las encargadas de la logística del evento – dije estrechándole la mano que me acarició sutilmente con su dedo pulgar.

– Felicidades, el salón luce de maravilla – dijo mirándome de pies a cabeza.

– Gracias, pasemos a tomar asiento, el desfile ya va a comenzar – agregué nerviosa soltando mi mano de la prisión de la suya.

Ardiente Tentación (Alonso Villalpando Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora