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Me senté en una fila delante de ellos, en diagonal, el presentador anunció a Columba, ella subió y dio las palabras de bienvenida, agradeció a todos los presentes, incluida toda su familia.

El desfile dio inicio y yo sentía las insistentes miradas de Alonso, eso me ponía más nerviosa y cuando volteaba a mirarlo me sonreía seductoramente. Hubo un momento en el que ya no resistí y hui de ahí, me metí a la bodega que se había adecuado como vestidor para las modelos y en la cual había un caos con gente entrando y saliendo. Me senté en un sofá, que había en una esquina, tratando de guardar la compostura, puse mis codos sobre mis rodillas y me llevé las manos a la cara cubriéndome los ojos.

– ¿Cansada o nerviosa? – escuché que me dijo con su hermosa voz.

– Cansada, ha sido una semana muy pesada – respondí después de aclarar mi garganta, levantando la cara, estaba parado frente a mí, sonriéndome.

– Necesitas relajarte – dijo poniendo su mano en mi hombro y apretándolo suavemente, ¿por qué insistía en torturarme?

– Gracias por el consejo, lo tomaré en cuenta – dije mirando hacia el suelo, conteniendo mi respiración.

– No es un consejo – deslizó su mano por mi brazo – es una invitación – agregó y bajó hasta llegar a mi mano que tomó.

– ¿Estás loco?, afuera hay un mundo de gente, incluida tu familia y tu novia, no voy a ir a esa habitación arriesgándome a que alguien nos vea – exclamé tratando de soltarme, pero no lo conseguí.

– La gente está muy entretenida con el desfile, incluida mi familia y mi amiga, además jamás mencione subir a la habitación – dijo mientras me hacía ponerme de pie – hay otros lugares, usemos la creatividad – agregó apretando mi mano.

– ¿Y qué paso con tus reglas? – pregunté tratando de controlarme.

– Ya son obsoletas, claro que si quieres, se pueden poner unas nuevas.

Comenzó a caminar y no me había percatado que al fondo había una pequeña puerta, la abrió y me hizo entrar. Me di cuenta que era una pequeña bodega donde guardaban cosas para el aseo. Entró y cerró la puerta, quedamos completamente a oscuras, sólo se colaba un poco de luz por debajo de la puerta y sentí miedo, la adrenalina estaba subiendo a mi cabeza, pero temía que alguien pudiera abrir la puerta.

Ardiente Tentación (Alonso Villalpando Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora