EPÍLOGO

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Querida Romina.

Hace bastante tiempo ya desde que recibí tu carta, desde que esas líneas fueron hirientes y reveladoras a la vez.

Cada palabra que escribiste se quedó muy grabada en mí mente y fue como un balde de agua fría, uno que me hizo despertar. Al inicio no comprendía la facilidad con la que me decías adiós, si yo sentía morir con solo pensar que ya no estarías más. Puedo decir que ahora pienso diferente.

Te sigo amando, eso jamás cambiará pero como algún día tú lo dijiste, he aprendido a sobrellevar tu ausencia.
Me cambié de casa, ahí entendí el por qué quisiste alejarte de ese lugar, estaba tan cargado de recuerdos que era insoportable vivir ahí.
Llevé conmigo unas cuantas cosas para no olvidar por completo porque a diferencia de ti, creo que erradicar de raíz no resuelve el problema, sino aceptando y asimilando que aunque uno lo deseé, las cosas no siempre son como uno anhela.

He ido a visitar a nuestro hijo con el temor de coincidir contigo. Llevo progresos, he aprendido a vivir sin ti pero sí te veo, sé que las ganas irrefrenables de tenerte a mi lado seguirán ahí.

Eres mi adicción, y estoy recuperándome.

Quiero darte las gracias, gracias por todas las cosas lindas que vivimos, y gracias también por darme ese impulso que necesitaba para seguir viviendo.

Gracias por darme la lección más grande de mi vida, porque ahora sé que uno mismo es el que se forja su destino. Perderte es el recuerdo más grande de mis culpas y ya no me quejo, con gusto pago mi condena sabiendo que tú eres libre de ataduras y tristezas... eres libre de mí.

Perdón, esa es una palabra que no alcanza a expresar nada. Lo siento, siento tanto no haberte valorado y dejar lo más por lo menos. Siento haberte destrozado en cuerpo y alma. Siento tanto todo lo que te hice pasar, cariño.

Espero que algún día me perdones porque creo que yo jamás me perdonaré.

Y por último, ya no quiero ser egoísta. Sé que rompí tu corazón, que te hice polvo pero resurgirás, mi amor y tu corazón sanará.

Enamórate, convierteme en una mancha de tu pasado, olvidame y vuela, mi mariposa favorita.
Dale tu amor a alguien más, a alguien que te merezca y te regale flores. A un hombre honorable que te lleve a tus lugares favoritos. Escribele poemas y vuelvelo tu inspiración.
Ama, querida, no dejes que mis errores endurezcan tu corazón. Vive y florece como solo tú sabes hacerlo.

Ya no pienses en mí, no me recuerdes y emprende tu camino.

Merezco cada segundo de agonía y de oscuridad, merezco tu ausencia.

Y tú mereces ser feliz. Sin mi.

Te quiere, para toda la eternidad, tu Dante.



Rómpeme el corazón de una vez [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora