Renesmee (Amanecer parte 3)

Capítulo 3: Salvada

El poco tiempo que llevo en este lugar no hago más que estar en una burbuja alejada de los demás, casi no me comunico con nadie y eso hace que la gente me mire mal y susurren entre ellos cosas que no me gusta escuchar. Lo mejor que se hacer es pasar de todo el mundo, trabajar y aprender a cocinar. Siempre dejo a Sonia impresionada, así es como se llama la mujer mayor que me atendió el día en el que llegué siempre se ha comportado muy bien conmigo sin saber absolutamente nada de mí solo mi nombre. Aunque no podría decir lo mismo de su nieta Silvie, no sé porque pero le caigo muy mal, me trata mal aunque no me importa hay veces que creo que me lo merezco. Si supieran quien soy y que traigo conmigo me echarían fuera. Desde que llegué. Vivo en casa de Silvie, no es que le guste pero le obligó su abuela y la sigue como si fuera un corderito. No lo voy a negar, echo de menos a mi familia, sobre todo a Ja... Me prometo todos los días no recordarlo ni nombrarlo pero el mes que viene él me iba a dar clases en el instituto nuevo donde iba a lograr el futuro que quieren mis padres para mí, pero cada día estoy aceptando que yo no valgo para eso. Considero que mis padres me han educado bien ya que supongo que cargar con una media humana no es nada fácil. Pero que digo! Son vampiros a ellos todo le resulta fácil.

-Renesmee, llevaste el pedido a la mesa 5?

Me sorprende que su cara, desde que llegué, nunca cambia y parece que con los demás es la misma que conmigo. Los humanos me sorprenden, sé que soy muy diferente pero a la vez me siento parte de ellos.

-Si acabo de hacerlo, algo más?

Por fin logré que su cara cambiara de desagrado a sorprendida aunque ella jamás lo admitiría.

-Na-na-nada más... cerramos en 10 minutos ya que terminaste ve a sacar la basura.

Me señalo el cubo lleno y se dio media vuelta yéndose, dejándome sola en la cocina.

Suspirando me levanté de la silla y fui hacia el cubo de basura quitando la bolsa llena y atándola. Salí por la puerta de atrás sin que nadie me viese.

Y tenía la intención de volver a mis pensamientos hasta que me choque con algo en mi camino. Pedí perdón y di tres pasos atrás para poder mirar a la persona que había atropellado.

-Así que la vieja ha contratado a otra camarera...

Se estaba acercando a mí de forma peligrosa. No estaba preparada para esto, jamás se me había pasado por la cabeza que un idiota con el tiempo iba a aparecer en mi camino.

Clavé las uñas en la palma de mi mano, odio a las personas prepotentes que se creen que son capaces de hacer daño sin recibir ningún escarmiento. Había oído hablar, leído en libros y las noticias en la televisión pero jamás en directo. Mi madre siempre me contó la historia de ella y mi padre, como el gran héroe la había salvado de unos asquerosos. Pero esta vez no puedo hacer nada, y si alguien me ve? Quiero ser una persona normal, sin ningún tipo de problema aunque siempre tengo y voy a tener presente que los atraigo al igual que mi madre. Será de sangre... Intento mantenerme tranquila pero el tipo se me acerca más hasta que siento su aliento en mi cabello. Estoy a punto de saltar cuando escucho pasos a lo lejos cerré los ojos esperando ser salvada por Jacob pero esa voz melodiosa fue remplazada por una chirriosa.

-Renesmee, Como estas tardando tanto?

Una sonrisa malévola se dibujó en mi cara haciendo que el chico se alejara de mí, seguramente dos humanas pueden contra un chico imbécil. Por lo menos sabemos que sabe hacer cuentas.

-Este... si se puede llamar hombre me está molestando.

Silvie se acercó al chico y lo miró de arriba abajo sin ningún pudor.

-No tienes nada mejor que hacer? Lárgate!

Le señalo con el dedo la salida del callejón. El hombre visiblemente disgustado se fue de mala gana dejando anunciado "que nos volveríamos a ver" algo que no me hace ninguna gracia.

- Que miras? Ve a tirar la basura.

Gritó y yo me mordí la lengua y obedecí. Cuando me estaba acercando al cubo vi una sombra salir corriendo. Agotada no le di importancia y me fui a casa con Silvie, hoy me ha salvado la vida por lo menos sé que tiene corazón.

Cuando llegamos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones y cuando estaba a punto de quedarme dormida unos llantos me despertaron, asustada me acerqué a la pared y me quedé escuchando hasta que me volví a quedar dormida.

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