Capítulo 5: Todas necesitamos un Jacob en nuestras ventanas.

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Me doy la vuelta intentando no caerme de mi pequeña cama y miro hacia la ventana mientras que la luz de la luna ilumina toda mi habitación. Sin nadie que me diga lo que debo hacer. Respiro hondo, todos los días me repito que soy libre por fin no estoy enjaulada. Este lugar muchas veces lo siento como mi propio hogar pero cada vez que alguien me molesta tengo ganas de irme y ya no pienso de la misma forma. Por muchas vueltas que le doy a cómo arreglarlo siempre llego a la misma conclusión pero no me gusta la idea de acercarme más a ese tipo, se supone que a los humanos no les gusta que les cojan por el cuello no? Porque a mí no me lastimó pero no me gustó.

-Oh dios Jacob...

Agarro mi almohada y tapo mi cara como si fuese una adolescente soñando cuando apareció Jacob y me defendió igual que en las pelis...

Sé que es gracioso pero no recuerdo la última vez que eh visto una peli...

Mi mente se dispersa en millones de cosas, como si estuviese en un mundo paralelo, me siento fuera de mi cuerpo como si me estuviese viendo a mí misma pensar hasta que escucho un sonido casi inaudible que me hizo volver. Me levanté de un salto asustada y miré por mi ventana, no sabía lo que me podía esperar y rezaba por que no fuera otra vez ese tio raro.

No me lo esperaba pero ahí está, el hombre que no me logro sacarme de la cabeza.

Pasaron segundos hasta que mi cuerpo empieza a descongelarse y abro la ventana.

-Qué haces aquí?

Parece que en él también surge un efecto similar a lo que me acababa de pasar a mí. Me mira fijamente y después de una eternidad me contesta.

-Por favor te puedes apartar un momento de la ventana?

Doy unos pasos hacia atrás y de pronto me encontraba cara a cara pegándome su aliento en mi cara. Toqué mi pecho con la mano, mis latidos son como martillazos y lo peor es que no soy capaz de pararlo. Jacob puso la mano sobre la mía y poco a poco en sus labios fue apareciendo una sonrisa que me dejó extasiada. Me siento avergonzada.

-Qué haces aquí?

Mi incomodidad por momentos se vuelve más grande hasta el punto en que no aguanto más y me aparto jugando con mis dedos, creo que una conversación es mejor de esta forma o juro que me vuelvo loca.

-Sé que no puedo pedirte que vuelvas a casa pero después de pensármelo eh decidido que me estoy tomando las cosas como no son, tú quieres libertad? Pues te la doy. Sé que en el pasado hice cosas de las que me arrepiento con toda mi alma pero espero que me puedas perdonar. Y también espero que pienses en que me queda una eternidad para molestarte y tú por aguantarme.

Vale sí, me estoy riendo pero esta es la forma más extraña de pedir perdón de la historia.

-Vale, Jacob que quieres?

-Déjame estar a tu lado.


No soy capaz de decir que no... pero no sé qué decir...

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Renesmee (Amanecer parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora