Capítulo 4: If you kill her, you kill me.

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El sol se cernía sobre la fuente que funcionaba como espejo y hacia que los rallos me diesen directamente en los ojos cegándome completamente hasta que mis ojos se fueron acostumbrando. Giré mi cabeza examinando el lugar en el que me encontraba pero no recordaba nada parecido. Millones de personas caminaban con capas rojas y dientes postizos como de vampiros hablando y riéndose como si fuese una celebración a la que yo no estaba invitada. Me molesta que la gente tenga el prototipo de los dientes de plástico como si fuera algo relacionado y lo que más se muestra de los vampiros. Entre el gentío apareció una mujer dando codazos para hacerse paso corriendo como una loca hasta la fuente mirando a un reloj que se encontraba en una de las torres. De pronto el gran portalón que hasta en ese momento no me había fijado se abrió apareciendo el cuerpo de un hombre que cada vez que un rayo se filtraba en su piel hacia que miles de diamantes irradiaran y saltasen por todos lados. Nadie excepto yo la mujer y un niño que nos miraba a los tres con una sonrisa se había fijado en el hombre que destilaba diamantes. Mi corazón latía a mil por hora, parecía que la mujer jamás llegaría y yo los reconocía, eran mis padres pero porque mi padre quería desvelar nuestro secreto? Corrí hacia el al igual que mi madre pero ella se me adelantó susurrándole que estaba allí que no se sintiese culpable, estaba viva. Me quedé allí de pie mientras ella lo empujaba hacia el interior del castillo. Entonces todo desapareció y caí al vacío gritando e intentando agarrarme a algo pero era imposible. Me desperté de un salto sin ser capaz de respirar y hasta que fui capaz de respirar con normalidad me di cuenta de que no estaba sola en mi habitación, mi compañera me miraba aún más raro que de costumbre agarrándome por el brazo.

-porque gritabas?!

Soltó el agarre y se alejó de mí como si mi piel le quemase. Me eche en la cama de nuevo relajándome.

-Lo siento tuve una pesadilla.

Me señaló el reloj con una de sus uñas perfectamente arregladas.

-Vamos a llegar tarde. Vístete te espero afuera.

Me levanté y me vestí corriendo. Todo fue igual que todos los días, hasta el chico no estaba en el callejón esperándome. Pasaron los días y cada día un poco más raro que el anterior, no sabría explicar pero me siento como si esta ya no fuese mi hogar cuando llegó el día que más temía, el chico volvió a aparecer.

La bolsa de basura se me cayó al suelo cuando lo vi. La recogí con decisión y me fui hacia el cubo pero fuera de todo lo que había pensado que él iba a hacer, no hizo nada solo me miró.

Lo miré desafiante y tiré la bolsa dentro del cubo dando media vuelta para volver al bar y mi compañera y yo irnos a casa igual que todos los días. No sé si se nota pero me encanta mi vida totalmente normal (o lo máximo que pueda ser) y la monotonía.

-Preciosa, no se saluda a un cliente?.

Se interpuso entre yo y el bar sonriéndome de forma forzosa y horripilante.

-No estas dentro del bar así que no eres un cliente.

Señalé riéndome algo que a él no le gustó. Me agarró del cuello levantándome del suelo.

Todo pasó muy rápido, choqué contra el suelo y allí me quedé viendo como aquellos dos chicos se mataban a pleno golpe.

-Jacob, para no vale la pena.

Me sentía mareada y todo me daba vueltas. Si no hacía algo lo iba a matar.

-Eres tan cobarde de coger a una mujer por la garganta?!

Gritaba Jacob con la mirada llena de odio se estaba descontrolando. Me levanté y lo abracé por detrás como cuando era pequeña.

-Por favor déjalo, enserio, no vale la pena.

Sus músculos se relajaron y cuando creía que lo iba a soltar lo tiró contra la pared.

-Jamás en la vida que te queda te vuelvas a acerca a ella!

Jacob me agarró por el brazo con fuerza y me llevo hacia dentro del bar donde una silvie malhumorada me esperaba.

-Donde es...

Parece que cuando miró a Jacob las palabras se le quedaron trabadas en la lengua y eso me molestó. Agarro de la mano a Jacob poniendo mi cuerpo en medio de los dos y creo que Silvie se dio cuenta. 

-Em... Silvie te presento este es Jacob un amigo.

Por el rabillo del ojo puedo ver a Jacob molesto. Silvie se quedó helada como una estatua con la boca abierta.

-Bueno yo ya me voy.

Dijo Jacob mientras se acercaba a la salida, jamás olvidaré esto no sé porqué pero me niego a pensar en todo su cuerpo antes de salir por la puerta y en el tono de su voz. Hace un segundo que ha salido por la puerta y ya lo echo de menos, anhelaba que volviese a entrar. Ese día la vuelta a casa fue horrible con Silvie preguntándome millones de cosas pero lo que más me molesta es que me pregunta si Jacob tiene novia parece que no entendió las señales que le envié. 

Cuando llegamos a casa no quiero cenar y me voy a mi cuarto muy cabreada. Me siento en mi cama como una niña pequeña con los brazos en jarras y así me quedé hasta que me entra sueño cayendo hacia un lado durmiendo acurrucada en mi almohada. Los días pasan sin parar y no volví a ver al chico y lo peor tampoco a Jacob. Las veces que pensaba en volver a casa desechaba la idea recordando que allí no podría ser normal. Este trabajo empieza a disgustarme con el tiempo me fui dando cuenta que a la única amiga que tengo aquí es la dueña y casi no viene por aquí y cada vez que pregunto me responden con un "a ti no te importa" los viejos me miran para el culo y algunos que se atrevían me lo tocaban y me daba asco pero yo no me quedo callada siempre les echo la bronca y les prometo que si lo vuelven a hacer les corto las manos algo que a Silvie no le gusta aunque por lo menos tampoco estaba de acuerdo con que me tocasen el trasero no sé si por celos o simplemente porque no lo ve bien pero la verdad no me importa.

Por fin sábado, tendría el Domingo para descansar, el único día libre que tengo para poder pensar las cosas con claridad. Cuando llegué a cama y me disponía a dormir unos golpes en la ventana me hicieron levantarme de la cama e ir mirar. Después de tanto tiempo mi sonrisa volvió en estos días no me había dado cuenta de que estaba triste hasta que lo volví a ver.

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Renesmee (Amanecer parte 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora