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"Sin más remedio que aceptar"

Al poco rato después nos retiramos del lugar para irnos al hotel antes de que Javier golpeara a Ricardo.

-no nos iremos, no le daremos en el gusto- dijo me editora en la habitación –aprovecharemos nuestro fin de semana al igual que todos los que están aquí. Simplemente no los tomaremos en cuenta y se acabó- decía disgustada moviéndose de un lado a otro.

-prometo que si algún día tengo la oportunidad de golpear a ese imbécil lo haré- agregaba Javier sentado en la cama de Andrea.

-no sé si quedarnos sea la mejor idea- comente ya que pensar que estaría cerca de Nicolás me ponía los nervios de punta.

-es lo mejor. Si nos vamos pensaran que les tenemos miedo y eso no puede ser posible. Debemos hacerle frente- decía mi editora.

-me duele admitirlo pero ella tiene razón. Si arrancamos se sentirá con más poder sobre nosotros. Hay que demostrarle que somos fuertes, aunque tenga que aguantarme las ganas de golpearlo- agrego Javier- bien, me iré a mi habitación. Buenas noches- dijo saliendo por la puerta.

-no puedo creerlo- dije tumbándome en la cama.

-ni yo. De haberlo sabido antes hubiera reservado en otro lugar-dijo Andrea entrando al baño –Matilde se morirá de la risa cuando le cuente. Estoy segura que querrá venir con nosotros y conociéndola lo más seguro es que llegue mañana en la mañana para darnos refuerzos. Creo que me daré un baño- dijo cerrando la puerta.

Gire mi rostro a la ventana que estaba a mi lado mirando las estrellas que se asomaban conforme llegaba la noche. Quería verlo, pero con todos aquí era imposible. Deseaba hablarle pero no podía… ¿por qué tenía que estar aquí? Quería salir a tomar aire y aclarar mi mente, así que me puse de pie y salí de la habitación. Iba bajando las escaleras cuando escuché la voz de una muchacha que decía claramente el nombre de Nicolás. ¿Estaría hablando del mismo Nicolás? Seguí bajando las escaleras  cuando me encontré con una muchacha de nuestra edad que lo abrazaba al verlo llegar y luego le tomaba el brazo para apegarse a su lado con una sonrisa en su rostro. Él como siempre seguía con su actitud de relajo.

-te extrañe tanto- decía apoyando su cabeza en el hombro- ¿tú me extrañaste?- atrás de ellos venía Gabriel. Busque a Ricardo pero no se veía por ningún lado. De pronto mis ojos se encontraron con los de Nicolás que se asombro al verme para al inicio de la escalera.

-Elizabeth- dijo.

-ah…eh…yo…-intentaba decir pero la imagen de esa chica que se le acurrucaba bajo el brazo me impedía hacerlo- buenas noches- les dije finalmente para salir echa un rayo por la puerta. ¿Quién era ella para estar tan cerca de él? ¿Acaso también le gustaba? Por como lo miraba era seguro…me sentía celosa y aturdida. Así que camine y camine y camine sin darme cuenta por donde iba. Cuando mis pies comenzaron a detenerse porque estaban cansados fue cuando me di cuenta que no tenía la menor idea de dónde me encontraba. No había gente y estaba rodeada de árboles en medio de la oscuridad.

-¿dónde…dónde estoy?- me pregunte mirando en 360° -oh no…esto se ve mal- dije al darme cuenta de mi situación. Las luces del pueblo se veían a lo lejos, lo único que debía hacer era seguirlas. Comencé a caminar mirando con desconfianza a todos lados, estaba asustada, de no ser por la luna y  las estrellas sería como una boca de lobo. Iba caminando cuando tropecé con la raíz de un árbol cayendo al suelo. Me toque el tobillo el cual estaba delicado. Intente ponerme de pie pero caí en el intento…no, esto no podía estar pasando…no quería estar sola en medio de la nada…me hice de fuerzas y me levante aunque el dolor se incrementara...debía llegar al pueblo…me apoye en el tronco de un árbol y respire intentando contener el dolor…tenía que avanzar cueste lo que cueste.