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"Con la ayuda de una máscara"

-Es una buena pintura, ¿no crees?- escuché detrás de mí. Nicolás estaba parado ahí observando de la misma forma que yo.

-así es, es perfecto- contesté sin quitar la vista de la pintura.

-¿te gusta el arte, gafitas?- pregunto acercándose hasta llegar a mi lado.

-eso creo- contesté intentando no parecer tan fanática a fin de no generar alguna sospecha. Con lo pasado la noche anterior debía cuidar mis palabras a como dé lugar, puesto que cualquier detalle me delataría.

-oh- dijo moviendo la cabeza- eso es nuevo- se dijo para sí mismo.

-¿nuevo?- pregunte observando su perfil. ¿A qué se refería exactamente con “nuevo”?

-¿eh? Oh, nada- dijo moviendo la cabeza – por cierto…- pronuncio acercándose a mi oído lo cual me puso inmediatamente nerviosa, después de tener su rostro a solo centímetros de mí hacia que mi corazón se moviera sin parar. ¡Por favor ya deja de entrometerte en mi espacio personal! Deseaba gritarle -…el chico de la esquina no ha dejado de mirarte- dijo y luego se fue como si nada.

Me voltee con cuidado pareciendo ser disimulada lo cual al parecer funcionó porque cuando lo hice, la persona que me observaba se sorprendió y agachó la cabeza haciendo como que observaba los dibujos que estaban dentro de una mesa de cristal. ¿Por qué mi personaje me estaba observando? Esto era raro. ¿Tal vez sería un buen momento para acercarme y asegurarme de que no sospechaba nada sobre mi trabajo? Tomé aire  con tal de reunir toda la fuerza que necesitaba para realizarlo…bien… ¡llego le momento!

Me disponía a caminar en dirección al sobrino de Andrea cuando la profesora interrumpió con un silbido. Vi como él se movía de su lugar y comenzaba a caminar donde estaban sus amigos.

-no…espe….- ya lo había perdido. En ese momento la profesora comenzó a platicar.

-aquí chicos, como ven vemos un cuadro que representa como se realizaba el teatro de la época medieval. Como verán en la pintura, todos los actores son hombres ¿por qué se preguntarán? Bueno, eso es porque en esa época la mujer era vista sólo como dueña de casa, no podía realizar otras labores fuera de casa porque era mal visto, por lo que en el teatro no se aceptaban mujeres como actrices, era blasfemia. Sin embargo, las mujeres se las arreglaban para realizar estas actividades pasando desapercibidas. ¿Cómo lo hacían? Estas mujeres que sentían el llamado del teatro a pesar de todo lo que tenían en su contra debían recurrir a los disfraces…sí, ellas se disfrazaban de hombres y ésa era la única forma en la que podían cumplir sus sueños de representar una obra. Increíble, ¿no? Esto es para que vean  que sin importar las condiciones en las que uno esté, puede ser capaz de cumplir sus metas si lo desea, aunque con mucho esfuerzo. Así que tomen este ejemplo como una forma de cumplir las metas que tienen en mente para cuando acabe la escuela. Es su último año así que aprovéchenlo- dijo finalmente con una sonrisa en su rostro.

-¡sí!- respondieron al unísono.

Todos continuaron observando las obras al igual que antes, pero yo quede analizando sus palabras ya que un detalle de todo el discurso llamaba mi atención. ¿Disfrazarse de hombres? De pronto frente a mis ojos tenía la solución que por bastante tiempo había buscado. La única forma en la que mi personaje me hablaría era si me presentaba ante sus ojos como un chico, intentando ser su amigo a fin de no ponerlo nervioso. ¡Eso era! ¡Era una idea brillante! Lo único que necesitaba era un disfraz, ¿pero dónde conseguiría uno?

Comenzamos a movernos para salir de la habitación y entrar a la última sala que era donde se encontraba el salón de música donde había todo tipo de instrumentos, imágenes de artistas y de la evolución que éste ha sufrido a lo largo de los años. Salí como un cometa volando por la puerta antes de que todo el mundo saliera y me dirigí hacia un salón donde habían máscaras… ¡necesitaba una con urgencia! Entre y comencé a buscar lo más rápido que pude, debía llegar antes de que mi personaje ingresara al último salón. Escondida en lo más profundo había una máscara de Einstein que colgaba con esa cara de loco que lo representaba. La tomé rápidamente y salí corriendo por el pasillo cuando note que mi personaje iba en la última fila a punto de ingresar a la habitación.