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"Un castigo puede traerte cosas buenas"

Estaba sentada en mi pupitre observando los posibles candidatos para un noviazgo obligado. Lancé un suspiro. No podía creer que estaba haciendo esto, de hecho aún no asumía del todo que debía enfocarme en buscar un novio que brillaba por su ausencia. ¿Qué estoy haciendo? Además no tenía idea de cómo hacerlo. ¿Tendría que ponerme la falda más corta? Ni pensarlo. ¿Debería cerrarle el ojo al primer chico que pasara por mis narices? Ni de broma. Tal vez ser coqueta era la clave de todo… ¿pero cómo lo hacía? Eso es algo que es natural y mi sistema biológico no estaba diseñado para eso. Era una desgracia como mujer. Por más que observaba a mis compañeros detenidamente no podía hacerme la idea de conquistar a alguno, tomando en cuenta que era demasiado torpe para entablar relaciones con las personas. Lancé otro suspiro.

-¿qué te sucede?- dijo mi compañera de adelante.

-nada, estoy bien- contesté.

No lo estoy, pensé, para nada. Aún seguía pensando que esto no era necesario, sin lógica…algo que solo se le hubiese ocurrido a Andrea. ¡¿Por qué mi editora tenía que llegar a los extremos?! Siempre hay otra alternativa para solucionar las cosas ¿o no? Me tomé la cabeza ya sin poder pensar claramente. Estaba entre la espada y la pared y comenzaba a colapsar mentalmente. Necesitaba la ayuda de una experta.

-¡¿conseguirte un novio?!- grito mi prima sorprendida al igual que yo.

-sí, pero sh- dije poniendo un dedo en mi boca mirando alrededor esperando que nadie hubiese escuchado- si no lo consigo de seguro mi editora se enfadará y me dejara botada y ¡puf!- dije con mis manos como si hubese una explosión entre ellas- mi carrera como artista acabará. Además por un lado creo que tiene razón y eso es lo peor de todo… estoy perdiendo la cabeza- dije apoyándome contra la baranda del segundo piso.

-tranquila prima, ya verás que todo saldrá bien- trataba de consolarme dándome palmaditas en la espalda. – ¿Y ya tienes a alguien?- pregunto emocionada…esto le divertía demasiado.

-¡Kathy, no disfrutes de mis desgracias! ¡Y no…aún no encuentro un posible candidato!- respondí a regañadientes.

Ella sólo sonrió y subió los hombros excusándose de la situación.

-¿cómo lo haces?- le pregunté ladeando mi cabeza para mirarla con ojos de perro degollado.

-¿hacer qué?- pregunto confundida.

-que los chicos te sigan a todas partes, dime, ¿Cómo lo logras?-

-¿qué dices, Lizie? Los muchachos no me siguen a todas partes- dijo poniendo énfasis.

-pero siempre hay alguien que está enamorado de ti. Lo sé porque todos llegan a mí para preguntarme si estas soltera o te gusta alguien más. Realmente te envidio en estos momentos- dije desilusionada de mí misma.  

-bueno, si le he gustado a chicos y me envían regalos y me invitan a salir…pero eso no quiere decir que los chicos me siguen- decía convencida.

-es que eres demasiado linda, Kathy. Eres simpática, agradable, popular y bonita. Creo que estoy perdida- dije deprimiéndome aún más.

-pero no te deprimas, tú igual tienes cualidades que te hacen única- dijo tratando de consolarme, cosa que claro sabía que no era posible.

-¿por qué no sales con un chico y  luego me cuentas con detalles todo lo que sentiste y lo que hicieron? ¿Si?- dije con la única idea que se me  venía a la mente.

-no lo haré- respondió- quiero ver como lo haces- dijo riendo entre dientes.

-eres la peor prima de todas, ¿sabías?- contesté.