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"En la Recta Final II"

-¿Estarás bien?- pregunté cuando llegamos a las afuera de la casa de Félix -¿estás seguro que no quieres hablar con ellos?-

-lo estoy- respondió determinado- al menos por el momento no quiero verles. Fue demasiado impactante tenerlos nuevamente cerca-

-¿llamarás a tu hermano para contarle lo sucedido?-

-yo creo que sí, el merece saber lo que está sucediendo, aunque no estoy muy seguro de cómo reaccionará-

-estarás bien. Si necesitas algo no dudes en llamarme ¿sí? Puedes contar conmigo- dije poniendo mi mano sobre su mejilla.

-lo haré. Lamento darte problemas- contestó.

-no te preocupes por eso, yo también te di bastantes problemas así que estamos a mano-

-me parece justo- dijo esbozando una leve sonrisa- vete a casa antes de que se oscurezca por completo-

-muy bien, intenta dormir un poco. Descansar te hará bien- él asintió y luego poso sus labios suavemente sobre los míos.

-ten cuidado camino a casa- dijo para soltarme finalmente de las manos. Le sonreí y luego me fui con paso rápido antes de que mis padres me regañaran.

Llegué a mi cuarto para tumbarme sobre la cama… ¿por qué los padres de Nicolás habían vuelto de manera tan sorpresiva? ¿Esto sería bueno o malo para él? ¿Qué sucedería con él en estos momentos? Mi mente no dejaba de cuestionarse sobre su situación.

-¡hermana mía!- escuché gritar  a Alex al abrir mi puerta.

-Alex- respondí sentándome en mi cama.

-¿qué sucede? Te veo desanimada- preguntó hasta llegar a mi escritorio para sentarse en la silla.

-es que a un amigo…le ha sucedido algo bastante grave y doloroso y estoy bastante preocupada por él-

-¿muy muy grave?- me pregunto subiendo una de sus cejas.

-así es- contesté.

-eso es triste…pero te tengo una noticia que te hará sentir mejor- comento cruzándose de brazos.

-¿qué noticia?- pregunté confundida.

-el próximo lunes es tu cumpleaños, ya serás mayor de edad pequeña y hay que celebrarlo. Es por eso, que tu hermano aquí presente se siente en la obligación de festejarte con todo. Ya tengo todo preparado, Kathy me ha ayudado a organizarla ¿te gusta la idea?-

-mi cumpleaños- dije ya que se me había olvidado por completo.

-¿lo has olvidado? Esa cabeza pequeñita que tienes…a veces me pregunto si de verdad tienes la misma sangre que yo- decía divertido- ¿te parece bien celebrarlo? La verdad es que no sé por qué te lo pregunto, de todas formas estás obligada a asistir porque es mi regalo, así que no escucharé un no como respuesta-

-no tenía pensado decirte que no- protesté para lanzarle un cojín por su cabeza- y yo también me sorprendo de que ambos tengamos la misma sangre- respondí divertida.

-muy bien, a celebrar con todo. Y no pienses tanto en tu amigo o si no terminarás deprimiéndote más de lo que deberías. Intenta dormir, buenas noches- dijo saliendo por la puerta.

No podía dejar de hacerlo porque para mí esa persona era muy importante.

A la mañana siguiente desperté con el sonido de mi teléfono. Eran las seis de la mañana cuando miré la pantalla de mi teléfono que palpitaba con el nombre de Andrea. ¿Qué quería tan temprano?

-¿aló?- contesté aún somnolienta.

-¡Lizie! Te tengo noticias. Alguien ha entrado a la página en busca de sus identidades. Sabemos que ha sido un paparazzi desesperado porque ha dejado la oficina del director en completo desorden y le atraparon en el acto- decía agitada.