Webtoon World

¡¿Que tengo que hacer qué?!

-Aquí está la información que reclamabas- expresó mi editora subiendo una carpeta que rebosaba con papeles.

No entendía si mi editora exageraba a veces con nuestros asuntos o fue que se  había sentido tan ofendida con mi comentario que me trajo todo lo que encontró. Los tomé con cuidado puesto que pesaba más de lo que creía.

-lamento si te molesté con mi comentario, Andrea- dije apenada- siempre creo lo que me dices, pero es que estaba tan emocionada con la noticia que en cierto modo parece irreal-

-no te preocupes, lo entiendo- respondía tomando un sorbo de su café.

Luego de la primera cita que tuvimos juntas, mi editora tomó la decisión de cambiar el lugar de reunión pensando que lo mejor para mí sería no entrar la agencia por un tiempo por muchas razones. La primera era que aunque se sentía mal por utilizar la misma técnica que su oponente, prefería esconderme de todo el mundo para generar misterio, el que me ayudaría a aumentar el número de fans. Lo segundo era por temas de seguridad, ya que el mundo de “The Webtoon World” no era de paz y amor como todos creían, sino que más bien todos competían entre sí llegando a situaciones extremas donde se atacaban sin importarles la integridad del otro. Todos utilizaban distintas metodologías a fin de conseguir popularidad, y si este consistía en dañar a la otra persona no dudarían en hacerlo. Aunque claro, no todos pensaban de la misma forma, pero frente a todo era mejor prevenir. Y tercero, porque mi editora amaba el capuchino que vendían en aquel restaurante.

-esto es delicioso- decía mientras saboreaba el capuchino con los ojos cerrados. No pude evitar soltar una sonrisa.  Ella era muy divertida.

Abrí la carpeta y comencé a leer lo que había escrito en los papeles.  Tenía el número de votos que la gente realizaba por día, haciendo luego la suma de todas las personas que habían votado dando un total de “tres estrellas y media”, lo cual me dejaba en el puesto número diez del ranking. Parecía irreal pensar que estaba en la misma lista que Diego Villanueva, claro que con gran diferencia entre puntos. Pero aún así me emocionaba saber lo lejos que había llegado haciendo que me mordiera el labio para no gritar en frente de clientes del café.

Seguí leyendo y me encontré con un sinfín de comentarios que dejaban mis fans: 

“Tu historia es muy buena, siento que me identifico con alguno de tus personajes. Por favor sigue así”

“Es la mejor historia que he leído hasta ahora. La protagonista es genial”

“La forma en que haces los dibujos es muy buena, pero aún más la manera especial que tienes para narrar la historia, eso hace que sea una de las mejores que he leído hasta ahora…¡sigue así!”

Leer tantos comentarios que me daban ánimo y apoyo por parte de mis seguidores me hacía desear ir  casa y ponerme a dibujar el siguiente capítulo lo más pronto para ellos. Se sentía reconfortante saber que lo que entregabas a tu público era bien recibido. Parecía que estaba en las nubes.

De pronto, mis ojos se detuvieron en una hoja donde comenzaban comentarios más actuales que llamaron mi atención:

“Todo lo que haces es genial pero me pregunto cuándo será el día donde la protagonista se enamore, porque tiene que hacerlo en algún momento ¿no? Saludos”

“creo que a tú historia le falta romance. ¡Sería emocionante ver a Aghata enamorada!”

Y así continuaba un sinfín de comentarios en donde lo único que pedían era romance. ¿Mi protagonista enamorada? Jamás lo había pensado ni tenía una historia de amor para ella. No creía que fuera necesario.