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"Cuando los recuerdos florecen"

Aquella noche no fui capaz de pegar un ojo. Por un lado pensaba acerca de la confesión de Diego, y por otro lado pensaba en el beso de Nicolás que se transformaba en la mejor jugada que tenía para ponerme en aprietos. Pero de sólo pensarlo mi corazón volvía a agitarse. Me cubrí el rostro con la almohada.

-quiero morirrrrrrrrrrrrrrr- decía rodando de un lado a otro.

No sé cómo, pero en algún momento me quedé dormida en el suelo, porque cuando desperté gracias a la alarma del despertador, me encontraba tumbada en la alfombra abrazando mis sábanas. Me levanté a tientas y apague el reloj.

-por alguna razón, hoy no tengo ganas de ir a la escuela- dije recordando a estos dos seres que me confundían cada vez más. Suspiré. No me quedaba más remedio que vestirme e ir directo a la escuela con tal de no perderme las clases, sobre todo después de escuchar la regla de no bajar el promedio menos de un 5,5 o si no estaría fuera de la página. Por suerte tenía hasta el momento un promedio superior al indicado, pero mis notas habían bajado desde mi ingreso a la página, ya que cada vez estudiaba menos.

Iba de camino a la escuela con un paraguas en mano por la lluvia ingresando cuando vi cuatro pies deteniéndose frente a mí. Levanté el paraguas para ver quiénes eran, justo en el momento cuando recibí un bombardeo de preguntas.

-¿Qué tal te fue ayer con Diego? ¿La pasaron bien? ¿A dónde fueron? ¿Te trató bien? - preguntaba Kathy.

-¿ahora son novios? ¿Se besaron? ¿Estuvieron tomados de la mano? ¿Te dio un peluche gigante? - agregaba Paula emocionada.

-¿ah? ¿Eh? Esperen un segundo, hablen pausadamente y una a la vez…y la verdad es que, tampoco quiero contarles- dije avergonzada de recordar todo lo sucedido. Hablar sobre ello me avergonzaba, por lo que prefería guardármelo para mí misma…y bueno…Andrea, ella me sacaría la información quisiera o no quisiera.

-¡¿Qué?!- exclamaron al unísonos.

-me has tenido intrigada todo el fin de semana, eres una mala prima- me decía Kathy tomándome del brazo para no mojarse.

-¿por qué? Yo quiero saber lo que paso- decía Paula tomándome del otro brazo y poniendo cara de tristeza.

-tal vez se los cuente, pero luego. Ahora no me encuentro preparada para hacerlo- contesté conforme avanzábamos a la entrada.

-¿pasó algo muy traumático para que no quieras contarnos?- pregunto mi prima. Yo solo tuve que mirarla una vez para que esta sonriera sintiéndose satisfecha –exigiré que me lo cuentes luego- dijo divertida.

-¿ah? ¿Qué sucede? ¡Yo también quiero saber!- reclamaba Paula.

-también te lo contaré, pero no ahora- le expliqué.

Así pasaron las clases, entre que intentaba poner atención y que mi cabeza se desviaba hacia pensamientos que no me dejaban tranquila, cuando llegó finalmente el primer receso para tomarme un respiro. Salí del corredor en busca de Kathy que salía rodeada de un grupo de gente que le hablaba sin parar. Sonreí. Cuando noto mi presencia se disculpo con sus amigos para dirigirse en mi dirección. Miramos por la ventana, la lluvia parecía haber cesado.

Me disponía a contarle cuando mi celular comenzó a vibrar. Era Andrea que me llamaba.

-¿aló?- respondí con un tono bajo para que la gente que rondaba por los pasillos no escuchara.

-¿no estás en clases?- pregunto en susurros.

-no, estoy en mi receso- respondí un poco confundida -¿sucede algo?- pregunté y Kathy me miró sin comprender.