"Escapando de los Paparazzi"

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Desperté nuevamente en el suelo envuelta en mis sábanas con mi pintura entre las manos cuando el despertador comenzó a sonar, haciendo que me levantara de golpe al volver a la realidad. Mi corazón latía como loco y mi respiración agitada retomaba su curso normal. Había tenido una pesadilla.

-¡Elizabeth! ¿Estás bien?- preguntó Alex abriendo mi puerta de golpe al sentir el golpe después de caer de la cama.

-sí, sí estoy bien. Sólo tuve una pesadilla- respondí.

-sigues siendo la misma de siempre. Dios, dame paciencia- decía acercándose para ayudarme a levantarme.

-gracias, Alex- respondí.

-aún tienes ese cuadro contigo… ¿por qué lo cuidas tanto?- pregunto al verlo entre mis manos.

-ah, esto…-dije mirándolo- es algo muy importante para mí- respondí con una sonrisa.

-sh, quien te entiende- decía acomodándose el cabello- hoy necesito pedirte un favor- lo mire con cara de no entender- Me gustaría hacer una sesión de fotos a la página donde trabajas-

-¿por qué quieres fotos de la página?- pregunte.

-por dos razones: primero porque como fotógrafo me entra curiosidad de conocer este mundo en el que participan todas estas personas como tú; y segundo porque una empresa en el país al enterarse de mi estadía aquí me ha contratado para realizar este trabajo, es para una revista  en vista que la página está siendo muy popular. Así que necesito de ti para que le consultes al director de la página si puede hacerlo-

-oh, haré el intento, pero no te prometo nada- respondí.

-muy bien. Esta tarde tengo una sesión de fotos así que si por alguna razón me llamas no contestare porque estaré ocupado. Me molesta cuando me interrumpen en plena sesión fotográfica- decía mirándose a un espejo- debo arreglarme para ir a trabajar. Mi estilo me identifica de los otros fotógrafos haciéndome más reconocido que el resto, aunque también es por mi magnífico trabajo- agregaba con una sonrisa de matador saliendo por la puerta.

-ya vete de una vez- dije entre risas- no es necesario que me lo digas todos los días- dije empujándolo.

-es la verdad, deberías sentirte orgullosa de tener un hermano tan genial-

-ni me lo digas, en primaria mis compañeras se me acercaban sólo para saber de ti. Lo único que haces es darme problemas, igual que ahora si no me apresuro para llegar a clases, así que ya vete- decía empujándolo al ver que este se estancaba en la puerta.

-ok, ok. Te traeré algo delicioso para comer ¿sí? Suerte en tu examen- dijo finalmente para retirarse como su fuese un militar.  Lancé una risa. Realmente extrañaba tener unas mañanas como estas cuando él no estaba. Me alegraba de tenerlo en casa nuevamente, y sobre todo al saber que se habían reconciliado con papá, aunque tampoco eran cercanos, simplemente se perdonaron y continuaron con sus vidas. Al menos eso era algo.

Me encontraba cruzando la reja de la escuela cuando escuché una voz detrás de mí que hizo ruborizarme de inmediato.

-Felicitaciones, Gafitas. Me has superado-

No sabía qué hacer y no quería darme vuelta para mirarlo porque se me venía a la mente el beso del día anterior. Pero con mi mayor esfuerzo me gire.

-gra…gracias- respondí tomando mi bolso con fuerza-creo, que debo…irme- dije dándome la media vuelta para irme lo más rápido a clases y así dejarlo atrás. Una vez sola suspire. Ahora no sería capaz de mirarle al rostro…me sentía como una estúpida.

-¿sucede algo?- escuché decir a Diego.

-¡ah, nada!- respondí al verlo-¿qué paso con tu cabello?- pregunte al darme cuenta que tenía un estilo diferente.

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