1. Ansiada libertad

2.1K 92 3
                                    

La inmensidad del firmamento se halló por interminables meses invadido por la oscuridad, la cual se entremezclaba con las sui generis e implacables nubes del ocaso, arrasando con toda luz que se encontrara en su camino, con el único fin de someter a la sagrada tierra de las Diosas en profundas tinieblas.

Un ser perteneciente al mundo de los desterrados fue seducido por sus deseos de ambición y poder, los cuales fueron ofrecidos a manos llenas por la misteriosa sombra que lo acechaba a cambio de su servicio; honor y fidelidad, convirtiéndose así, no solamente en el usurpador de aquel reino que le arrebató a su legítima regente, sino renaciendo como el Tirano de las Sombras, título que llevaba por sobre su verdadero nombre, Zant.

Midna, la desterrada y deformada princesa, no tuvo más opción que buscar la manera de recuperar su preciado trono y salvar a su gente, lo que anhelaba conseguir al precio que sea, sin importar por sobre quién tuviera que pasar. Un día sus egoístas deseos dieron sus frutos, pues encontró al joven portador del alma de la legendaria bestia de ojos azules tan respetaba en su mundo, sabiendo que era el único que la podría ayudar. Aquel muchacho, Link, quien no era otro que el héroe elegido por las Diosas, había sido sometido a la más devastadora energía del ocaso, modificando la totalidad de su cuerpo.

La maquiavélica criatura consiguió su objetivo, poniendo a la bestia con alma de hombre a su servicio, a cambio de recuperar a sus amigos y su forma real. Y no contenta con eso, se burló de la princesa que entregó su tranquilidad con tal de defender a su pueblo, otorgándole su título de soberana del Crepúsculo como implacable humillación, sin saber que aquella desconsolada joven no era otra que la reencarnación de Hylia, la eterna elegida de Nayru, Zelda.

Sin embargo, las acciones de Midna le fueron devueltas como una fuerte bofetada al ver que los dos seres a los que más había vejado con sus burlas y mordacidades, sacrificaban su vida por ella, siendo Zelda la que le entregó su alma para permitirle vivir, sin ápice de duda, mostrando así la pureza de su corazón.

Aquellas acciones fueron una dura lección para Midna, pero las necesarias para que en su alma nazca aquella energía que su cuerpo rechazaba, y lo que a futuro le permitiría convertirse en una soberana de bondad y honor. La luz.

Finalmente, Link, el joven portador del alma de la bestia, venció a Zant, prosiguiendo a hacer lo mismo con el maligno que lo manipuló desde la distancia, quien no era otro que el Rey del Mal, Ganondorf, el eterno enemigo de los elegidos de Farore y Nayru. El villano se valió de varias de sus artimañas y bajezas para evitar que el héroe logre su cometido, siendo la peor y la más cobarde de todas, utilizar a la inerte princesa Zelda como una marioneta, manipulándola con la oscuridad de la energía crepuscular que él mismo había aplicado.

Luego de una ardua batalla, Link y la princesa Zelda, quien había recuperado su sacrificada alma, salieron victoriosos en la cruenta batalla, devolviendo así la paz a su sagrada tierra y logrando que los espíritus de luz revivan a Midna, quien antes había muerto en garras del Rey del Mal y ahora gozaba de cuerpo original.

Devuelta la paz en ambos mundos, pero tan unidos como las dos caras de una misma moneda, Midna se despidió de los elegidos por las Diosas, rompiendo para siempre el único nexo que la unía a ellos; a menos que el destino decidiera lo contrario.

Resignados a la radical decisión que había tomado la princesa crepuscular, los elegidos de la luz se alejaron del desierto y se embarcaron camino a la sagrada tierra de las Diosas, su recuperado hogar. Sin embargo, solo bastaron unos segundos de su llegada al lago Hylia para que la inestabilidad y el desequilibrio empezara a mortificarlos, mientras sus cuerpos eran sometidos a la más insoportable de las torturas; dolores punzantes e inaguantables se encargaron de sumirlos en la profunda desesperación, haciéndoles perder el conocimiento.

Pasión entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora