Orgullo doblegado

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Inmóvil seguía el joven, mientras aquellas palabras recién escuchadas aun retumbaban en sus oídos. Pensó por un instante que no se encontraba ahí, que estaba soñando y que luego despertaría en su cama o en algún rincón el campo de entrenamiento... pero parpadeó varias veces y se dio cuenta que no era así.

Dark Link había escuchado bien la palabra "aborto", la cual podría tener otro significado si una de las gemelas no hubiera agregado "hijo" a su oración.

- Pero... no puede ser. – pensó para sí mismo, espantado.

Se mantuvo en la misma posición de impacto, hasta que escuchó que Nox y Ryotta salieron de sus habitaciones. Fue ahí que reaccionó y desapareció del lugar, pensando que nadie se había dado cuenta. Los dos guerreros notaron su presencia, pero cuando fueron a abrir la puerta, ya no había nada.

- ¿Qué ocurre, Nox? - preguntó Kaysa.

Los jóvenes se miraron, pero decidieron no decir nada.

- Pensé que alguien había tocado la puerta. – dijo Nox.

- ¿De qué hablaban? - preguntó Ryotta.

Las gemelas se pusieron nerviosas ante tal pregunta, temiendo que descubran el terrible secreto de la princesa.

- De nada, chicos... ¡Y ya dejen de perder el tiempo! – exigió la hermana de cabello lacio.

- ¡Su Comandante debe estar histérico esperándolos!

Ante la insistencia de sus mujeres, los jóvenes se alistaron rápido y corrieron hasta el campo de entrenamiento, en donde se encontraron con una inesperada sorpresa.

- ¿¡Cómo que el entrenamiento se canceló!? – preguntaron los jóvenes.

- Así es. El Comandante vino hace unos minutos a anunciarlo. – respondió uno de los soldados.

- ¿Y eso por qué? – preguntó Ryotta.

- No sé... pero debe haber sido algo muy importante, porque se lo veía más turbio que de costumbre.

Los dos chicos sólo se quedaron en silencio ante tan extraña reacción de su superior.

...

La habitación se encontraba a oscuras, sin nada que la ilumine. Incluso la rosa que tanto la quería había apagado su brillo para acompañarla en su pesar, en aquel dolor físico y emocional. La princesa, después se varios días en cama, decidió levantarse y dar unos cuantos pasos hasta la ventana, abrió la cortina ligeramente para que un poco de luz del ocaso entre a sus ojos, pero incluso esa la molestaba. La tristeza aún se marcaba en su rostro, aquellas ojeras no daban tregua.

Poco después, la Dama de la Luna escuchó que la puerta de su alcoba de abría, sabiendo perfectamente quien era.

- Pensé que estarías en tu entrenamiento. – dijo la dama.

- Lo cancelé... Tenemos que hablar. – respondió el guerrero.

La princesa se dio la vuelta para encontrarse con la mirada turbia de su hombre. En todo el tiempo que lo conocía jamás lo había visto de esa manera. Lo percibía consternado, inquieto, tan extraño que hasta le dio miedo. Sin embargo, ni en su estado, iba a doblegarse, estaba dispuesta a escucharlo. Él por su parte cerró la puerta y se acercó un poco hacia ella, pero manteniendo la distancia.

- ¿Qué sucede?

Dark Link, sin tantos rodeos, fue directo al grano, por más que el espíritu le temblara.

- Lo preguntaré una sola vez... ¿Estuviste embarazada?

Dark Zelda sintió como su alma se desmoronaba ante tal pregunta, no la esperó para nada. En seguida se preguntó cómo se había enterado, no tenía el valor para responderla.

Pasión entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora