Día 3: Lunes [3]

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La linda noche

BRICE

Me pasé una mano por el cabello, como por octava vez en los últimos veinte minutos, y toqué el timbre. No podía creer que de verdad estuviera a punto de hacer esto, pero era ahora o nunca. Que Dany hubiera reducido sus entrenamientos sólo significaba que ahora tendría más tiempo libre. Y, dado que iba a pasarme la mayor parte del verano fuera de la ciudad, eso podría arruinarme cualquier remota oportunidad con Rachel. Si no la invitaba a salir ahora, era muy probable que no pudiera hacerlo después.

La puerta de la casa se abrió dejando ver a una linda chica castaña vestida con unos shorts y una camiseta holgada de mangas largas.

―Hola, Brice ―me sonrió―. Qué puntual

No pude evitar sonreír como un idiota al verla. Siempre me pasaba.

―Oye, espera un minuto ―dijo frunciendo el ceño―. Esa no es ropa de surf...

Le di una mirada a mi atuendo. Llevaba unos jeans oscuros, una camiseta vinotinto y una chaqueta negra. Sí, obviamente no había venido vestido para la clase. Porque en realidad no planeaba tener esa clase.

―Sí, supongo no es ropa de surf que se diga ―dije alzando la vista

Cuando la miré, me di cuenta de que su sonrisa había desaparecido un poco.

―Oh, ya veo... vienes a cancelar la clase

―¿Qué? ...No, no, no ―me apresuré a negar―...Bueno, sí, pero no...

―Tranquilo ―me dijo con una sonrisa amable haciendo ademán de querer cerrar la puerta―. Entiendo si tienes otras cosas que hacer...

―No, espera ―la detuve mientras daba un paso adelante e impedía que cerrara―. Deja que te explique. Lo que ocurre es que mañana me voy de viaje con mi familia y voy a estar fuera la mayor parte del verano. Y no creo que esté bien tomar esa clase ahora si no podremos seguir con las demás... Entonces, se me ocurrió que, tal vez, ya que ambos estamos libres ahora, podría aprovechar para invitarte a salir...

Dejé la frase en el aire, esperando que de algún modo las cosas salieran bien. En este momento, me sentía bastante estúpido. Sobre todo porque ella tenía una mirada muy parecida a esa que puso luego de que la besé. Y esto no era un buen presagio teniendo en cuenta que luego de eso huyó.

―¿Salir como: Salir? ―preguntó con expresión neutra

Asentí lentamente.

―Déjame ponerlo claro, ¿sería como una cita?

―Sólo si quieres

Rachel deslizó su mirada hasta sus pies, como si estuviera pensándolo, y poco a poco vi como una sonrisa comenzó a formarse en sus labios.

―Sí quiero ―aceptó mirándome de nuevo

―Ge-genial ―contesté sorprendido―...eh, yo... traje mi auto

Vaya estúpido. Esto sí que me hacía quedar bien.

―Bien ―su sonrisa creció mientras daba un paso atrás para terminar de abrir la puerta―, pero tendrás que esperar mientras me cambio. No quiero hacerte quedar mal vistiendo así

Entré cerrando la puerta tras de mí y la seguí hasta la sala.

―Estás hermosa así ―dije sin saber de dónde venía este repentino valor.

Sus ojos brillaron con diversión al escucharme.

―Vaya ―contestó luego de soltar un bufido―. Deberías conseguir anteojos.

25 días para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora