맹목적 사랑 | m. yg

삼십

Capítulo 30

Noviembre 14 2015.

Y lo mire, lo mire como si fuera la cuarta maravilla del mundo entero.

Mejillas levemente rosadas y una piel tan pálida, podría lucir como un ángel. Pero él era todos menos un ángel.

Su mirada estaba apagada con un deje de tristeza, su expresión daba a relucir que estaba rendido y que sólo quería acabar con todo de una buena vez.

—Y-yo... Alessia —llamó.

Sin poner impedimento alguno le permití acercarse y ambos nos envolvimos en un cálido y añorado abrazo.

—Te he extrañado tanto —reveló.

Sonreí a pesar de querer llorar, pero él no se detuvo a hacerlo y lloro como un niño pequeño en busca de consuelo.
En ese estado me creía su madre, y en mis adentros me causaba gracia de verle así, pero al mismo tiempo me daban ganas de golpearle y decirle que superara esto de una vez por todas.

Le pedí que dejase de llorar y el sólo aumentaba los sollozos, eso me preocupaba. Mamá estaba en casa y podría escuchar aunque nosotros estuviéramos fuera con un frío que congelaba hasta el moco de la nariz.

—¿Algún día vas a perdonarme?

Lo mire a los ojos, y no logre contenerme.
Pequeñas lágrimas saladas descendían por mis mejillas hasta el mentón.

Quería besarlo, pero el nunca fue mío.

—¿Por que debo perdonarte?

Su expresión decayó notoriamente; enseguida proseguí a hablar.

—No has hecho nada malo YoonGi, no tengo nada que perdonarte. A veces suceden estas cosas, pero yo jamás voy a odiarte ni a enojarme contigo —suspire—. ¿Sabes por qué?

Negó.

—Porque así pasen un millón de años voy a quererte siempre, y está bien si mi lugar es el de amiga —sonreí—. Con eso puedo conformarme así sea a distancia o incluso cuando vuelvas otra vez.

Y de nuevo comenzó a llorar, lo tomé por la nuca enredando mis brazos mientras escondía mi rostro en el espacio libre de su cuello.

—Nunca voy a comprender porque eres así de amable conmigo.

Apenas y logró decir con tanto sollozo, lo cogí más fuerte alzandome de puntitas, YoonGi no era tan alto; pero yo que me quede a seis sentimientos para llegar al setenta quizás me era favorable.

—Porque tú sólo necesitas a alguien que te comprenda a la perfección y no a medias. —respondí.

Si verlo venir YoonGi me alzó del piso y enrede mis piernas a su cintura.
Era agradable, mi cara seguía en el mismo lugar; Suga me abrazaba con fuerza.

—Te quiero tanto Alessia...

Sonreí asintiendo y deposite un pequeño beso en su yugular.
Desenrede mis piernas y lentamente baje.

—Debo irme ya...

—¿Volverás?

No dijo nada, tomo mi rostro y se acercó lentamente.

—Quizás.

Besó dulcemente mi frente  y por última vez me abrazó.

—Suga... —cerré los ojos—. ¡Suga! ¡Min YoonGi!

Y desperté.

Nada había sido real, mi corazón latía a una velocidad que me sofocaba.

En eso se ha convertido YoonGi, en un sueño que va y viene y finalmente se dispersa en mi mente.

Mire la hora en el reloj, 3:59 a.m.

Hace tiempo que no hablamos mucho, sólo son simples palabras como «Hola, cómo estas, bien, adiós».
Se acabaron los "te quiero, te necesito, pequeña bastarda".

Todo término el día en que él acabo con esto, y aún que quiera odiarlo no puedo.

Me gustaría ser cualquier otro ser inanimado con tal de no saber ni sentir nada.

—Estúpido, mira lo que me has hecho.

Voltee boca arriba y contemple el techo de mi habitación, adornado con estrellas que brillaban en la oscuridad.

—¿Cuándo voy a olvidarte?