맹목적 사랑 | m. yg

열

Capítulo 10

Octubre 2014.

—¡Dulce o truco perra! —rió Laureen.

—Duh —negué.

—Jodida amargada —chilló.

—¿En serio saldrás a pedir dulces? —pregunté.

—Si, ¿por qué no? Aún soy una bebé.

Me reír fuerte llamando la atención del los presentes en aula. Aún que no era para tanto, el profesor no se encontraba ahí.

—¿De qué te ríes estúpida? —frunció el entrecejo.

—Nada, olvídalo. ¿Me traerás dulces no?

—Nou.

—Igual no quería betch.

—Bitch, inculta —golpeó mi brazo.

—Era para que no se escuchará tan feo —reí.

[...] 

Al salir de la escuela me dirigí a mi casa, la secundaria no quedaba tan lejos. Sólo cuatro cuadras, caminaba manteniendo la esperanza de que por fin habría internet.
Puesto que ya ha pasado un mes. Y mis calificaciones fueron buenas.
He tratado de no renegar y acatar todas las órdenes de mi madre. Me he vuelto una maldita sumisa. Me odio por eso.

Abrí sin muchas ganas la puerta de mi hogar y entré de lleno.
Mire hacia el monitor y el PC que se encontraban en el living.
Nada, absolutamente nada. Ni un punto verde parpadeando en la pequeña caja de wi-fi.
Cerré con pocas fuerzas la puerta tras de mi y camine perezosamente escaleras arriba.

—Min YoonGi, sálvame joder —murmuré.

Al parecer no había nadie, peor aún. Sola en casa y sin internet, sin nada. Sin YoonGi a mi lado. Genial, simplemente genial.

[...]

—¡Alessia! —gritó mi madre desde el living.

Desprendí mis auriculares de mis oídos y baje corriendo.
Quizás hoy había comida china o algo bueno como pizza con doble queso.

—¿Si má? —pregunté llegando a la mesa.

—¿Ya funciona el wi-fi? —preguntó mientras miraba su teléfono con el ceño levemente fruncido.

—¿Qué? —pregunté aturdida.

¿Escuche bien? ¿Acaba de decir lo que creo que dijo?
Gire mi cara hacia donde se encontraba la computadora, y efectivamente estaba encendida.
Bien, estoy que quiero gritar, pero no creo que sea lo más adecuado.

—No entiendo esté mugrero, ¿Alessia a qué le tenía que mover para que el celular este conectado? —preguntó mi madre frustrada.

—La contraseña mamá, la contraseña del wi-fi.

Le arrebate el celular y me dirigí a la caja de wi-fi, ahí es donde venía la contraseña.

—Gracias —dijo mi madre una vez que le entregué su celular.

Asentí con la cabeza y subí corriendo a mi habitación.

—¿Donde esta mi celular? —gruñí buscándolo.

Me lance a la cama y tome mi celular que se encontraba debajo de la almohada.
Coloque la contraseña y las notificaciones se hicieron presentes.

—¡Suga! —tape mi boca por la sorpresa.