Capítulo 30 : Bienvenidos.

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Nick les envió un mensaje a todos,  familia y amigos :

"Vamos de camino al hospital, Ainhoa está de parto"

Nos montamos en el vehículo y nos fuimos.

Durante el viaje tuve que calmarle, no estaba en situación de aguantar sus nervios, bastante tenía encima.

Llegamos y me ingresaron,  me estuvieron observando, por lo visto, el bebé se había intentado girar durante este último mes, y al estar tan pegado al útero, metió un brazo y tiró , se metió en el útero y una vez allí, girado, empujó hasta que rompí aguas. Decían que era un caso bastante raro, dado que sólo había ocurrido dos veces, mi caso, era el tercero. Me dijeron que por una parte era bueno, pero que el riesgo había aumentado, dado que de hacer presión había roto parte de de ella, y me estaba desangrando, tendrían que operar rápido o me moriría.

Rápidamente me metieron en quirófano,y arreglaron la rotura, todo parecía ir bien.

Se lo contaron a Nick ,y él se lo contó a su familia y a Carmen, que estaba muy nerviosa.

NARRA NICK :

Cinco minutos después, se escuchó:

Doctor : Rápido, necesitamos ayuda en quirófano, ha sufrido un paro cardiaco.

Sentí que perdía parte de mí,  de escuchar "Todo va bien" a "Ha sufrido un paro cardiaco" .

Era obvio que hablaban de ella,pero no sabía como reaccionar, me quedé en shock.

De repente miré a Carmen, que empezó a hiperventilar y a chillar, miré al suelo y acababa de romper aguas.

Le cogió Ian en brazos y dijo que necesitaban ayuda,  un médico se acercó y se la llevó en silla de ruedas. Todos estábamos pendientes del progreso de Carmen, pero a la vez, del estado de Ainhoa. 

Estuve hablando con los médicos, me dijeron que ya estaba controlado, que su corazón volvía a latir a buen ritmo, y que el bebé estaba en perfectas condiciones.

Nadie puede imaginarse lo mal que lo pasé, el agobio que sentí al saber que podía perderla en cualquier momento.

Cuando estuvo del todo recuperada, le prepararon para tener a nuestro hijo, del cual aún no habíamos elegido nombre.

Ainhoa : Eh..¿pasa algo? Tienes mala cara.. 

Yo : No, cielo, en absoluto, no pasa nada. 

¿Cómo decirle que había estado muerta durante tres minutos?

No se lo diría hasta que no pasase tiempo, ahora tenía que concentrarse en tener a nuestro bebé.

Empezó a sentir contracciones fuertes, cada vez más y más fuertes, apretaba mi mano , chillaba, lloraba de dolor.

La verdad, tendría que doler, por muchos medicamentos que llevase,una operación y acto seguido un parto.

Estuvimos dieciséis minutos así,  y entonces...

Ainhoa : ¡Ya viene!

Todos la miramos extrañados, ¿cómo iba a nacer tan pronto?

Le miraron, y así era, la cabeza había salido casi del todo.

Le ayudamos a pujar, y en cuestión de segundos, nació el pequeño.

Ainhoa : Uff..

Doctora : Enhorabuena, es un niño sano.

No podía parar de llorar, era una mezcla entre felicidad y alivio. Mi hijo y mi mujer estaban bien, todo estaba bien.

Besé a Ainhoa, no se podía imaginar cómo la quería. 

Doctora : ¿Quiere coger a su hijo?

Yo : Por supuesto.

Le terminaron de limpiar para que le cogiese,y se llevaron a Ainhoa para que le cosiesen. 

Me dieron al pequeño, era asombroso, me sentí bendecido, era muy pequeño, podía cogerle con un brazo, desde mis dedos hasta el codo, eso era lo que ocupaba. Sentí amor,un amor especial y fuerte, lloré y le dije que le quería. 

¿Cómo podía querer tanto a algo tan pequeño? ¿Cómo podía sentir aquello por alguien que acababa de conocer?

Supongo que era la magia de ser padre.

Salí y me encontré con Ian, con su hijo en brazos.

Ian : Ha nacido tres minutos antes que el vuestro, Nick, son preciosos.

Él también estaba llorando, asique supuse que no debía sentir que era raro.

Todos se acercaron a saludar al pequeñín, y me dijeron que teníamos que ponerle nombre,porque al día siguiente habría que inscribirle en el registro.

Me senté mirándole y dejé de escuchar, mi mundo, mis sentidos, todo, estaban ocupados por él ; mi Mini-yo.

Cuando llegó Ainhoa, era hora de darle de comer, le enseñaron cómo debía hacerlo, y lo hizo bastante bien, aunque se quejó porque mordía.

Al mirarle a los ojos, veía un brillo especial, el mismo que tenía yo, un brillo que mostraba felicidad y protección.

Era asombroso, mágico, sin duda alguna.

Pasamos la noche sin problemas, el pequeño no lloraba a penas, y sabíamos manejarle. Por el contrario, el hijo de Carmen e Ian no paraba de llorar,y Carmen se estaba desesperando.

Me acerqué a ayudar y le calmé cantándole una nana mientras le balanceaba; al fin y al cabo era lo único que sabía hacer. 

Dormí algo en el sillón, y al despertar,vi a Ainhoa paseando con el pequeño.

Yo : Estás preciosa.

Soltó una carcajada y le besé levemente.

De repente empezó a oler muy mal... el pequeño había defecado, y había que limpiarle.

Mi madre entró y nos ayudó, pidiéndole perdón a Ainhoa por lo ocurrido. Se abrazaron y sonrieron.

Nos preguntó por el nombre del bebé, y no supe qué contestar.

Doctora : Buenos días ¿habéis escogido nombre ya?

Yo : Pues verá, aún no....

Doctora : ¿A qué esperan?

Ainhoa : Nick, si hay nombre.

Yo : ¿Cómo?

Ainhoa : Ve a casa, a la habitación del pequeño, y mira la tercera nube a la izquierda.

Yo : Pero...

Ainhoa : Sin peros, tan solo hazlo.

Me fui corriendo a casa, entré en el piso y subí a la habitación,  miré la tercera nube a la izquierda,pero no había nada.

Me fijé un poco más, y vi que estaba tapado por un papel.  Quité el fragmento, y pude verlo claramente :

Jerry Paul Jonas.

Me pareció un nombre precioso, justo lo que quería. Me emocionó que usase mi segundo nombre, de mi abuelo, y el de mi hermano y mi padre.

Mis lágrimas cayeron de emoción, era un padre feliz, y nadie podría cambiarlo.

A partir de ese momento, mi felicidad iba a basarse en mis fans, mi familia, amigos, Ainhoa, y mi hijo, Jerry.

APPRECIATE.Where stories live. Discover now