Narra Carmen *
Puede que aquellos días tuviésemos roces... pero eran tontunas que debíamos superar..
Lo importante era que Nick y Ainhoa estaban genial, y que Ian y yo lo habíamos arreglado...
No sé cómo describir el tiempo que estuve sin él.... Le había echado tanto de menos...
Ainhoa tenía razón, no podía vivir sin él,sin su mirada, sin su sonrisa pícara y sus ironías...
Al fin y al cabo, era el padre de mis hijas, era aquel que me hacía feliz, esa persona que sabía cómo decir Victoria y Alejandra mejor que nadie... O al menos, cuando él lo decía, me hacía estremecer...
¿Cómo iba a acabar con una relación tan bonita y duradera solo por una tontería? Sería un completo absurdo...
Muchos piensan ¿Cómo conociste a alguien así?
Bueno, tengo una larga historia que contar...
Cuando tenía quince años, veía la serie de "Crónicas Vampíricas" , en la que, él, era el protagonista. Mis ganas de conocerle y tenerle a mi lado eran máximas.. Nunca pensé que se haría realidad... Años después viajé a Estados Unidos, pero no le vi...
La gran locura ocurrió un día normal por Madrid.. sí, Ian Somerhalder por Madrid... No sé ni qué haría allí aquel día... Pero lo que sí se es que me choqué con él sin querer , porque había mucha gente.. Nuestras miradas se encontraron, me dirigió una sonrisa y dijo que lo sentía.. Yo, nerviosa, dije que no pasaba nada...pero, ¿cómo no iba a pasar nada si me había topado con un Dios?
Se me quedó mirando extrañado, y yo, seguí mi camino... me le volví a encontrar, varias veces.. hasta que una de ellas, le vi apoyado en una columna, cerca de la Plaza de España...
Ian : Disculpe, señorita..
Carmen : ¿Sí?
Ian : Llevo viéndola bastante tiempo, y , quería preguntarle si es usted tan amable de sentarse en ese bar conmigo y dejarse invitar a un refresco.
Yo, pareciendo indiferente, acepté..
Se comportó como un caballero, me dejó sentarme, estuvo pendiente de lo que quería o de lo que necesitaba en todo momento... Tuvimos una conversación bastante productiva... Me empezó a preguntar sobre mí, mi vida, mi pasado, mi presente, y mis futuros proyectos, y yo, también le pregunté, no quería ser descortés.
Pudimos pasar horas y horas hablando, hasta que vi lo tarde que era....
Carmen : Oh ... ¡Qué tarde! Lo lamento muchísimo Ian, pero, he de irme...
Ian : No se preocupe, yo le acompaño.
Carmen : ¿En serio?
Ian : Porsupuesto.
Y me acompañó hasta el piso que tenía alquilado en Madrid... En la puerta, se despidió con dos besos, dijo que había sido un placer, me acarició , sonrió y se fue...
Por un momento, me quedé mirándole... cómo andaba... ¿Había sido real aquello? Solo añado que, fuera real o no, fue lo más bonito que me había pasado.
Al día siguiente , aún no me creía lo que había pasado... Me levanté y me dispuse para ir a la Universidad, pero, al salir de casa, le vi... No me lo podía creer... estaba justo ahí... delante mía... Con una sonrisa y un café...
Ian : Buenos días señorita, quería agradecerle la maravillosa tarde de ayer, y ¿qué mejor manera que venir y hacerlo en persona?