Mientras Nick corría a casa para descubrir el nombre de nuestro hijo recién nacido, yo seguí paseando por la habitación, mirando las facciones del rostro del pequeño Jerry... sus ojos eran como los de Kevin... me llamaba mucho la atención la forma en la que movía la cara... en algunos gestos, se parecía a mí, y en otros, a su padre. No podía creerlo , había sido madre, con el hombre más perfecto que pudiese existir, o al menos, el más perfecto para mí. Acunaba lentamente a mi hijo,siguiendo unos suaves movimientos ; casi parecía que estaba bailando Valls. De vez en cuando , acariciaba su rostro, algo rojizo por la presión del parto , pero, poco a poco, tornaba su piel al color carne, no era muy blanco, pero tampoco oscuro, suave, tanto como la seda. Examinaba, con la yema de mis dedos, cada milímetro de aquel pequeño ser, cada centímetro de aquello que había salido de mí, y había sido creado por el amor de dos personas. Cuando estaba con él, olvidaba al mundo entero, tan sólo éramos Jerry y yo, nada ni nadie más. Él , era mi mundo y razón de mi lucha, ahora, la razón de mi vida, mis sonrisas y mis lágrimas, sólo sería mi hijo, una pequeña , pero a la vez, gran parte de mí. Y, cómo no, Nick, aquel sin el que no habría sido capaz de crear nada de lo que hoy , era una realidad, habiendo sido, años atrás, en mi niñez, un sueño, una fantasía creada por el fanatismo, que te hacía enloquecer, chillar, enrrabietarte, pelear, e incluso, pegar por defender a tu "ídolo". Pues, ese "ídolo", hoy, era mi novio, marido , y padre de mi hijo.
¿Cómo era posible todo aquello? ¿Existía una mayor forma de felicidad? - Pensé, hundida en los ojos de Jerry, profundamente perdida en mis pensamientos, en mi estado de ánimo obsoleto, el narcisismo que a veces habitaba en mí, acababa de ser despedazado, ahora ya no sólo estaría "yo, yo, y yo" , ahora, éramos mi hijo, mi marido, y luego yo. Y sería capaz de matar si algún mal les surgiese, dado que , de una forma u otra, estaría muriendo yo.
Una pequeña mueca de sus minúsculos labios, ladeada en aquellas mejillas inmensas.... ¿Era , pues, una sonrisa?... Asomaron sus encías, y en mi interior, surgió un estallido de emociones , me di cuenta de que, aquella sonrisa , era por la que sería capaz de hundir al mundo entero.
De repente, cuando más perdida estaba en mi interior, náufraga de mis pensamientos, noté una mano en mi cadera, deslizándose.. luego otra, por el otro lado... me abrazaban por detrás unas cálidas y grandes manos, pero no unas cualquiera, unas que me hacían estremecer y perder el sentido de la razón. Sonreí ampliamente y giré con cuidado mi mentón, dispuesta a besar a Nick. Miré sus ojos, tenían un brillo especial, parecía muy feliz... tanto como yo, quizá.
Nick : Con que Jerry Paul..¿eh?... - dijo, susurrando sobre mis labios, con una pequeña sonrisa insinuada sobre los suyos. A penas me dio tiempo a asentir, cuando rozó nuestros labios y nos fundimos en un tierno, profundo, y sincero beso, apasionado y lento, disfrutando de nosotros, de la cercanía, del tacto y la suavidad, de su lengua, jugando con la mía. Desdén, locura, aquellos besos me hacían perder la compostura.-
Se separó un poco, apoyando la cabeza en mi hombro, y relamí mis labios, mirando al pequeño, sonriendo.
Las manos de Nick se entrelazaron con las mías, para poder cogerlo mejor, y hacerlo, juntos. Embobados, comenzamos a cantarle nanas que nos habían cantado nuestras madres, dulces melodías que nos invulcaron desde siempre.
Un estruendo irrumpió nuestro silencio. No, no fue un gran golpe, de hecho, no fue a penas sonoro, pero , teniendo en cuenta nuestra concentración, y estado de silencio absoluto, fue como si estuvieses en una película de miedo y de repente apareciese el malo. Se oyeron unos pasos, nos percatamos ambos, pero no queríamos salir del mundo en el cual estábamos, por miedo a lo que pudiese ocurrir.
Doctora : Nick... Ainhoa ... - tosió un poco para llamar la atención. Nick, besó mi cuello y nos giramos para mirarla, ella, continuó - ¿Ya tenéis el nombre del bebé? -dijo algo nerviosa, y mi marido y yo nos miramos, riendo levemente y asintiendo-
Nick : Según la tercera nube a la izquierda... se llama Jerry Paul Jonas...-soltó una leve risa al decirlo y besó mi pelo, suspirando un poco -
Doctora : Genial, ahora lo apunto y lo mando inscribir al registro Civil con todos los datos..Necesitaré la firma de los padres, así que luego traeré los papeles. Por cierto, Ainhoa . -Me miró ,pensando lo que iba a decir, yo asentí a modo de que continuase- Mañana te daremos el alta, y podréis volver a casa, al fin . - Sonrió un poco al decirlo y se marchó.-
En ese preciso instante, mi cuerpo se gira para mirar a Nick, totalmente entusiasmada, tenía ganas de llegar a casa, con todo ya preparado, tan solo sentarnos y cuidar de nuestro pequeño, tan solo, ser felices y estar en familia. Dejé a Jerry en la cuna, con sumo cuidado, éste, ya yacía dormido, se acurrucó y se metió el dedo en la boca para chuparlo. Sonreí por un instante y me giré, colocando los brazos al rededor de la nuca de Nick, y comencé a besarlo, muchas veces pero de forma corta. Él sonreía entre beso y beso.
Nick : No hay nada que ame más en este mundo a verte así, feliz, sonriendo... Como siempre fuiste...Últimamente, ambos habíamos perdido esa costumbre... de sonreír...
Yo : ¿Sabes lo que he aprendido en todo este tiempo? Que , pase lo que pase, hay algo que jamás hay que perder, y es la sonrisa, las ganas de vivir, la felicidad, porque, siempre, tendremos un motivo para ello, y aunque la tristeza nos invada, y pensemos que todo se va a derrumbar, hay un apoyo, una pausa, un están donde poder respirar. Y, mi razón de felicidad, sois vosotros, mi marido y mi hijo, nuestras familias, y nuestras amistades, por eso , se acabaron los malos tiempos, llegó el momento de ponerle punto y final a todo aquello, llegó el momento de estar de vuelta, de vuelta a nuestra casa, nuestra vida, nuestra gente... De vuelta a la felicidad.