Capítulo 6

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Lo vi. Antes de llegar al café, lo vi. Estaba sentado en una de las mesas del exterior del local. Ahí estaba él, con el cabello rubio recogido en una coleta y la mirada dura y perdida. Ahí estaba Ben, después de tanto tiempo. Me dio un vuelco el corazón.

Caminé hacia la mesa con cautela. Me repetía a mí misma que no pasaba nada y que no debía estar nerviosa. Ben se puso de pie cuando me miró y me besó las mejillas.

—Liz —dijo, y pareciera que respiraba por primera vez. Tenía una sonrisa en los labios—. Gracias, por haber venido.

—Hola, Ben —me senté frente a él—. ¿Sobre qué es toda esta... emergencia? —estaba preocupada, pero más que nada, intrigada.

—Liz, yo... Sólo... Quería decirte que... —dejó de hablar y me miró a los ojos. Mentiría si dijera que ya no sentía nada. Mentiría si dijera que no se me revolvió todo por dentro—. Te amo, Liz. Fue... Fue un honor conocerte, haber sido tu novio. Fuiste lo mejor... lo mejor que me pasó...

—¿De qué hablas, Benjamin? ¿Qué es esto? —lo interrumpí.

—Déjame, cariño. Déjame hablar. No tienes que decir nada, sólo déjame decirte —tragué saliva y asentí. Me encogí en la silla—. Voy a irme. Voy a salir de la ciudad. Quería verte y... y quería despedirme.

—¿Cuándo vas a volver? —mi voz ya no parecía mía. Sin razón aparente, se me había formado un nudo en la garganta.

Benjamin me miró, pero no dijo nada. Apartó la vista.

—¿Benjamin?

—Nunca. —respondió—. Eso creo. No puedo estar aquí. Tengo que irme. Tengo que irme lejos.

—Pero, ¿qué...? ¿Por qué...? —la voz se me había quebrado.

Su celular comenzó a sonar y se disculpó. Respondió la llamada. Allí, frente a mí.

—¿Qué? —dijo con un tono completamente diferente al que había usado conmigo. Uno frío y sin sentimientos. Un Benjamin que yo no conocía—. No puede ser, ¡mierda! —le dio un golpe a la mesa, que provocó que me asustara. El corazón me latía desenfrenado.

—¡Tigre, tranquilízate! —parecí haber escuchado. No. No pude haber escuchado eso. Yo estaba lejos de su móvil, pero la persona al otro lado de éste había gritado tan fuerte que alcancé a escucharlo.

Tigre. Tigre. Tigre.

¿Será...?

Cuando caí en cuenta, Benjamin corría, alejándose de mí. Soltó un grito de frustración, mientras corría. Ni siquiera se despidió de mí. Grité su nombre, una y otra vez, pero él no se giró. Luego desapareció. No iba a verlo de nuevo y no pude decirle que yo también lo amaba.

~Editado.~
N/A:
(A los lectores y ex-lectores de esta historia que sean notificados de que estoy haciendo pequeñas modificaciones en la historia, quiero informarles que nuevas cosas para esta historia vienen. Ahora mismo no puedo decir nada en concreto, lo único es que para los que les gustó esta historia serán buenas noticias).

¿Te equivocaste? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora