Capítulo 31

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Estaba en el bar, ya llevaba cinco cervezas, el alcohol se había subido, pero no podía parar, no quería, quería olvidar lo que pasó, quería solo dejar de existir un rato.

Estaba en la barra estaba a punto de pedir otra pero una voz me detuvo.

-Creo que ya son demasiadas.- dijo una voz ronca, la podía reconocer en cualquier lugar.

-Tu no lo sabes.- le dije como pude.

-Vamos, te llevaré a casa.- no sé cuál de los dos era pero da igual.

-¿Eres Ulises o Leopoldo?- una risa salió de su garganta y me tomo de la cintura en un intento de bajarme del banco.

-Anda, vamos a sacarte de aquí, pequeña.- dijo y me pare y me pide justo frente a él, tan cerca que nuestros alientos se mezclaron, desde esta distancia podía distinguir su aroma. Puse mis manos entrelazadas por atrás de su cuello.

-Da igual- le dije y lo atraje hacia mi boca y lo besé, mi lengua invadió su boca y él me había correspondido, lo jale más del cuello eliminando cualquier espacio que quedara entre nosotros, pasó una de sus manos por mi espalda y ma otra la puso en mi cara y me apartó.

-Esto no está bien, vámonos de aquí.

-Si, si que está bien, yo no estoy con nadie y tú tampoco...

-Tu no sabes eso.

-Lo sé, lo sé porque si estuvieras con alguien jamás me habrías abrazado.

-No te he dicho quién soy.

-No necesitas hacerlo, te reconocería en cualquier lado.

¿Te equivocaste? [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora