Su aliento

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     Una de las cosas que me gustaban de cuidar al gangster era… (Por extraño que sonara) ver su rostro, tan tranquilo… tan susceptible….

— ¿Qué haces viéndome así? –Preguntó, interrumpiendo mi ensueño.

     Mierda ¿Cómo era capaz? Ni siquiera había abierto los ojos y ya lo sabía todo.  

— N… no te estaba viendo—  Dije. Y rápidamente aparte la mirada de su rostro.

—  ¿A no?

— ¡No! ¡Claro que no! — Pude escuchar la incredulidad de mi propia voz.

—  Eres un enano mentiroso. Si vas a mentir por lo menos se un poco más convincente.

— ¡YA TE DIJE QUE NO TE MIRABA! –Grité para tratar de convencerlo.

     El gangster abrió los ojos y me miró de manera inquisitiva.

— ¿Por qué debería creerte? – Soltó, acercándose a mí… ¡esto no es bueno!

— B…bueno— Tartamudeé apartándome un poco de su rostro — yo…

     Tenerlo tan cerca impedía que pensara con claridad. Sus ojos eran tan penetrantes que sentía que me perdía cada vez que lo veía.  

– Es porque… eso es porque…

     Mierda. EL MUY MALDITO ME ESTABA ABRAZANDO. MANIPULADOR. MANIPULADOR. GANGSTER MANIPULADOR.

     William soltó una risita, mientras yo me revolvía en sus brazos. Me gustaba, pero ese no era el mejor momento. Mi corazón latía con tanta fuerza que creía que en cualquier momento Will sería capaz de escucharlo. Y eso me aterraba.

— ¿Por qué te alejas?

     Cerré los ojos por un momento. ¡Vamos Hallen! ¡Piensa! ¡Piensa!

—  Pues… Pu.. Pues. Eso… — Mierda, no sabía ni que decirle.

     Mientras más tartamudeaba más se reía de mí. Y luego se me ocurrió algo…

— ¡PORQUE TENGO SED! —Salí de la cama, corriendo hacia la cocina.

     ¡Vaya! Por poco… esperen. ESPEREN. ¿POR QUÉ DEMONIOS ME SIENTO ASÍ POR UN HOMBRE? Esto es malo. Si se entera seguramente se burlaría de mí por el resto de mi vida. Además, yo siempre había sido hetero pero… ¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Acaso soy gay? No, no. Agité la cabeza tratando de aclarar mis ideas, tal vez solo era un error, mi corazón estaba confundiendo amistad con… otra cosa. Y todo por el maldito Gangster.

— Tenías sed, pero no has tomado ni una gota de agua.

     Me di la vuelta y allí estaba Will, de pie. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho y su cabello cubría parte de su ojo derecho.  

— ¿Sera posible que el pequeño enano me esté ocultando algo? –Musitó, mientras se rozaba los dorados cabellos y una sonrisita tenebrosa aparecía en su rostro.

— Yo… —  ¿Qué podía hacer?

     Tiempo, necesito tiempo para aclarar mis ideas. Tal vez todo sea un malentendido hormonal. Sí, eso debía ser.  No soy gay, solo… me siento un poco atraído. Claro que no me voy a enamorar, no. No. No me voy a enamorar.

— Parece que tienes un dilema en el interior de esa cabecita.

     Comenzó a caminar hacia mí, con pasos lentos. Pude sentir como mi cuerpo se ponía a la defensiva. Levantó su brazo y sus manos rozaron mis cabellos con gentileza. Ese no era el mejor momento, estaba confundido y su tacto solo abrumaba más las ideas que se cruzaban por mi cabeza. Mi corazón estaba a punto de explotar.

¡No me voy a enamorar! (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora