No te vayas

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— ¿Cuánto tiempo lleva en coma?

— Una semana…

— ¿Se pondrá mejor?

— Eso espero.  

— Voy a poner estas flores aquí, al lado de los globos…

     Moví mis dedos lentamente, mientras escuchaba suaves murmullos a mí alrededor.

— ¡Miren! ¡Miren! ¡Se está moviendo!

     Paulatinamente abrí los ojos, tratando de acoplarme a la tenue luz de la habitación.  

— ¡Llama a la enfermera!

— ¡Correeeee!

     Con alivio vi que mi pecho se inflaba: inhalando y exhalando. Estaba respirando, algo que creí jamás volvería a hacer, aunque cuando lo hacía seguía sintiendo el terrible dolor y el espasmódico ardor que había sentido mientras me ahogaba. Tenía muchos cables conectados a mi pecho, una irritante intravenosa en la vena de mi antebrazo derecho, mi cabeza estaba vendada y tenía la piel llena de moretones de diversos colores…

— Cariño — Escuché, y giré la cabeza. Era mi madre—. Cariño, ya todo está bien. Tranquilo — Dijo, acariciando mis cabellos con sumo cuidado.

     Le lancé una débil sonrisa, ya que aún seguía aturdido y adormilado.

     Giré la cabeza y vi a un puñado de personas que no logré reconocer de inmediato, pero luego de observarlas detenidamente me di cuenta de que eran mis amigos del instituto. Cada uno me veía con una sonrisa en su rostro, algo que me alegro, causándome un nudo en la garganta. Yui, James, Michael… la verdad era que no recordaba el nombre de todos pero sí lograba reconocer sus rostros.

     En una esquina con la mirada seria se encontraba Jack, y a la derecha sentado en un sofá estaba Will observándome con cierta tristeza, cuando lo vi mi corazón empezó a latir con fuerza.

     Iba a hablar pero las palabras no me salían.

— Tranquilo, hablaras cuando sea el momento — Musitó mi padre, observándome con una mirada que jamás había visto en su rostro. Una mezcla de felicidad  y tristeza.

     Pero no me rendí.

— T… Todos…— La voz era apenas audible — están… gracias.

     Una enfermera entro a la habitación, interrumpiéndome,  y me miró con sorpresa. Como si estuviera viendo a lo que creía en un futuro sería un cadáver.

     Encendió la linterna que tenía en la mano y luego me puso la molesta luz en los ojos.  

— Síguela con tu mirada— Dijo con voz seria.

     La seguí.

— Aprieta mi dedo.

     Lo apreté.

— Mueve tu brazo izquierdo.

     La moví.

— Ahora, el derecho.

     Moví el derecho.

— Muy bien — Dijo dirigiéndome una sonrisa apremiante y luego se giró hacia donde todos se encontraban — Se pondrá bien. Con permiso.

     La enfermera se marchó.

     Escuché que alguien sollozaba. Era Yui… luego mi madre… seguida de James… después todos en la sala tenía los ojos húmedos.

¡No me voy a enamorar! (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora