¿Avanzar, detenerse, disfuncional?
Avanzar, avanzar es no retroceder, avanzar tiene que ver con progreso, no sabe, ella nunca sabe nada.
Para ella, el tiempo pasa, siempre pasa.Quizá la fuente inagotable de sus pensamientos, es esa gran caja de madera, esas tumbas sin lápidas, esos cementerios sin nombre, y la vida sólida y fibrosa de muchos árboles que yacen en crujidos bajos con cada mal temporada; ella cree que el lento deterioro de los tejidos y el gris permanente, es la única diferencia entre un cadáver humano y el cadáver de una naturaleza muerta, porque raíces alejadas de tierra fértil y madera creando un hogar macizo, es naturaleza muerta, para ella son ecos fantasmales y sollozos silenciosos cada uno de esos quejidos empotrados contra los empolvados rincones, cuando sus pies descalzos dirigen sus pocos motivos de patética sobreviviente.
¿Por qué la madera no se marchita? ¿o si lo hace? la infinidad de sus teorías carece de ciencia cierta, tal vez atine a unas de las definiciones lógicas, pero jamás está segura, no quiere estarlo, no busca estarlo, no le importa la racionalidad de la vida o de la materia, ella no sabe de números, ella es poesía andante, es fantasía que flota entre el limbo y los extremos —cuantos quieran que sean— ¿por qué tienen que ser solo dos? ella a veces sueña con fuego, a veces sueña con agua, y otras veces sueña con fuego y agua, en sus sueños el fuego no se apaga con agua y el agua no se evapora con el fuego, en sus sueños el agua se enciende con el fuego y el fuego crece con el agua, así es ella al despertar, los sueños se enredan junto a la maraña que tiene por cabellos, ese nido improvisado de ideas somnolientas crean frizz con las pequeñas corrientes de electricidad que reaniman su mañana.
—Hoy no eres listilla.
Pensamientos borrosos e ideas sin formas nuevamente se entreveran con el desayuno, hoy se trata de cereales sin leche, y de un vaso vacío ausente de jugo; con el primer bocado ella mira la nada, mira las partículas de polvo regadas sobre la mesa de madera, y se pregunta si el tiempo detendrá su paso por unos segundos, solo necesita unos segundos, un corazón detenido y un respirar suspendido ¿por qué todo le resulta aburrido? el dulce de los granos de trigo edulcorado sabe insípido a su paladar, el desayuno se reduce a un constante masticar y a una espera inútil, porque el tiempo pasa, siempre pasa.
Y las telarañas recorren otro rincón, crean arte entretejido con hilos de plata contra los recodos y se apoderan de sus pocas ganas de respirar, definitivamente es una de esas anodinas mañanas sin nada de gracia, sin escritos en el alba o escritos dentro de sus venas, hoy se trata de un silencioso respirar, una caja sin puertas y aroma a madera húmeda aflorando entre suspiros desganados.
Hoy no hay pajarillos cucu en sus sueños y tampoco agua aflorando el palpitar crepitoso de una llamarada de fuego.
Hoy no hay ruido bajo sus pies, no hay crujidos entre sus dedos.
Hoy el tiempo pasa, siempre pasa y la madera muerta solloza bajo la penumbra de los recovecos.