No encontraba papel para escribir.
Era un delirar de sueños, era un estallido adormilado, un suspiro de madrugada.No encontraba papel esa mañana, que curiosamente es hoy.
No encontraba papel mientras sus delirios escapaban, y es que escribir con los ojos cerrados es magia, escribir con la mente ausente es perfección, es paz, ella lo sabe, lo supo hoy, lo supo esa gris mañana.
Y no encontraba papel para escribir mientras sus dedos trazaban bucles y rayones sobre líneas imaginarias.