I'm tired.

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Duelen las heridas, duelen las cicatrices, duele el yo, duele un ausente nosotras.

Ya no respiro a tu compás.

Ella llora, llora y respira, pero ya no respira al compás de dos corazones, sus lágrimas despiden un momentáneo sentimiento de culpa, de resignación y de la misma incomprensión de siempre.

Ellas pierden el camino una vez más, son barcos a la deriva de aguas tormentosas, son brújulas dañadas, son magia evaporada con cada suspiro, y una de ellas llora, la otra calla y ambas respiran, respiran sin ritmo, sin sincronía, respiran sin motivos.

Yo existo porque tú existes.

A veces las palabras duelen, a veces se dicen sin pensarlas del todo, a veces son sílabas con grietas, a veces son letras con escombros de otras ruinas, a veces no tienen frenos y atropellan con remordimientos, el ataque es como las escenas de una cámara lenta imposible de parar.

La atesorada soledad flota junto al polvo suspendido en haces de luz y el humeante café negro de su vaso de poliestireno, crea condensación nebulosa bajo su mentón. Ella quiere decir lo siento, quiere regresar el tiempo, pero el tiempo pasa, siempre pasa, y ella no puede regresar.

Quizá mañana puedan hablar, pero entre ellas las palabras sobran, el silencio rellena los rincones y los repetitivos recodos no las dejan avanzar, quizá así es como tiene que ser, quizá se trata de aislada soledad y no de compartirla, quizá una esté más hundida, quizá la otra esté más cerca de la luz y no de las tinieblas.

Ella no quiere ser egoísta.

Ella es egoísta.

Ella llora, llora y respira.

Ella llora, la otra calla y ambas respiran.

Respirar duele, la inquietud al despuntar el alba también duele, y ella llora, llora ríos de disculpas y mares de resignación.

Nothing.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora