Dejar de currar una semana antes de irme fue una decisión bastante inteligente. El trabajo en sí, monótono y repetitivo, no me aportaba nada positivo y tan solo había servido para mantenerme y pagar el alquiler. Una vez que ya tenía el vuelo y todo cubierto no tenía sentido seguir gastando mi tiempo metido en aquel almacén manipulando teléfonos. De hecho, ahora empezaba a pensar que quizá lo había alargado demasiado, pues había incluso logrado ahorrar bastante. Contento de no tener que volver a pisar, al menos por mucho tiempo, aquella horrible nave industrial, dediqué el resto del día a pasear por el pueblo con Farah mientras hacíamos algunas compras que ella consideraba imprescindibles para disfrutar de unas vacaciones como es debido. Como no había salido nunca de vacaciones fuera del país, lo cual me reconoció a regañadientes y muy avergonzada, se creía en la necesidad de llevar todo lo necesario para sobrevivir durante dos semanas en el Tercer Mundo. Yo al principio le seguí la corriente, pero más tarde tuve que disuadirla de comprar muchas cosas porque ya las teníamos en Madrid, tales como pasta de dientes o champú.
―No, Farah, you don't need that. We've already have one at home―le decía una y otra vez mientras ella me respondía ― Are you sure? ―poniendo un careto de incredulidad bastante cómico.
Al día siguiente nos fuimos a hacer más compras, pero esta vez en autobús, a la cercana ciudad de Northampton. Por lo visto, Farah había decidido que para sus primeras vacaciones en el extranjero era totalmente imprescindible renovar todo su vestuario. Después de un largo peregrinaje a través de todas y cada una de las tiendas de moda del lugar; el botín obtenido consistía en varias bolsas llenas de trapos de distintos colores que, según ella, eran lo básico que toda mujer debía tener para la temporada de verano-otoño. A mí personalmente me parecía que no había necesidad de comprar todo aquello y gastarse una pasta, pero me guardé mi opinión para mí mismo, pues durante las últimas semanas había comprendido que Farah y yo funcionábamos a veces de manera muy distinta y que respetar y aceptar estas diferencias era la única manera de que nuestra relación funcionase.
Durante la vuelta a Danetree seguimos hablando de nuestras inminentes vacaciones en España y yo intenté responder todo lo que ella me preguntaba acerca de la comida, las tiendas, las costumbres y otras muchas cosas. Yo también le formulé a ella algunas preguntas sobre su familia y qué les había parecido su decisión de irse de vacaciones así por las buenas, pero me encontré con respuestas evasivas. Como ya me había sucedido otras veces, me pareció que Farah se sentía muy incómoda hablando sobre su entorno familiar y quería finalizar la conversación cuanto antes. «That's my business, not yours», me decía casi siempre, y luego cambiaba la conversación hacia otro tema distinto sin darme la oportunidad de insistir más en ello. «Bueno, que está todo bien es lo que necesito saber», me repetía entonces a mí mismo tratando de ignorar el hecho de que ardía en deseos de averiguar todo lo que mi novia parecía quererme ocultar. «Algún día me contará la verdad, mientras tanto a disfrutar y vivir el momento».
Hablando de todo esto nos encaminamos desde la estación de autobuses de Danetree a The Limit. Cuando llegamos le devolví las bolsas con todo lo que ella había comprado, pero no quiso cogerlas.
―No, you keep'em. I got no room at home... and don't take nothing out of the bags, just in case the dogs get it!
―Very well ―le dije yo sin entender claramente de qué iba todo.
No pensé más en el tema y me fui a casa a descansar, pero al día siguiente cuando nos vimos me sorprendió de nuevo trayéndome una maleta pequeña, también para que se la guardase en mi habitación. Cuando de nuevo le pregunté que por qué tenía que guardársela yo, me respondió que porque ella no tenía espacio en su keli.
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YOBBO 98
General FictionBienvenidos al Madrid de los noventa. Chencho, un joven ingenuo y algo neurótico, vive solo para el fin de semana, con sus botellones, sus bares, sus tribus urbanas, los colegas, las algaradas callejeras y multitud de problemas en los que se irá met...