"Un baile de compromiso"

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Una fiesta, se dice a sí misma mientras se encuentra desnuda ante las cortesanas que comienzan a vestirla. Una fiesta ante la destrucción de su mundo y ella no puede hacer nada en aquellos momentos, no sin la ayuda de Odín y su ejército. Sintió la tela sobre su piel, cálida y pesada, se sentía como una armadura en comparación de la ropa ligera que acostumbraba a utilizar en Alfheim.

–¡Se ve hermosa su majestad! Ese vestido es del color preferido del príncipe.

La cortesana la miro con una sonrisa radiante que la lleno de ira, una ira que no demostró, temerosa de que su falta de amabilidad pudiese llegar a oídos de Odín. Pero había una cortesana diferente, una que Idhrenniel ni siquiera había notado, tenía un rostro un tanto llenito pero angelical, su cabello pelirrojo caía en rizos sobre sus pechos grandes. Esta, lucía impasible, con cierto detalle al mirarla lucía consternada, aunque al igual que Idhrenniel parecía no querer mostrarlo.

–El rey espera poder escoltarla hasta el salón de baile, su majestad.

–Será un honor para mí.

Una sonrisa falsa creció en su rostro, pero la tristeza en sus ojos no la abandonó ni en la lágrima que cayó de sus ojos.

– ¡Un baile!

Grita Loki, caminando de un lado a otro, observando a Thor arreglándose la capa para el baile.

–Tú deberías de ser el último en estar ajustándote la capa en estos momentos. ¿No piensas hacer nada?

Loki intenta ocultar el tono de saña en su voz.

–No pienso desposarla, hermano. Bien sabes que mi vida corresponde a Sif, no pienso rendirme tan fácil ante las órdenes sin sentido de Padre.

–Tienes razón hermano, porque ¿cuándo de todas las veces que has desafiado a padre algo malo ha pasado?

Thor gruñó ante la ironía en las palabras de Loki y abandonó la habitación.

Loki se miró al espejo, acomodando su cabello debajo del casco de batalla, limpiando su armadura una vez más, y continuando con el sentimiento de ofensa que le embriagaba el cuerpo con todo lo que pasaba a su alrededor.

El no sentirse considerado siquiera por su padre como alguien digno para cumplir una propósito como aquél. Además del derroche de supuesta alegría por un hecho obligado y que a ninguna de las dos partes daba felicidad.

Salió de la habitación caminando a través de pasillos de mármol con el rabillo del ojo observó a la cortesana que había convertido en su amante preferida, le guiñó el ojo y siguió con su camino hasta el gran salón del que ya se escuchaba la música y el aroma del banquete traspasaba la puerta.

El salón adornado en flores se veía precioso para cualquiera que no supiese la verdadera historia detrás de tan apresurado matrimonio, pero las personas que había decidido asistir, o bien habían decidido ignorar la historia o desconocían de ella en su totalidad, pues las risas y los bailes tan característicos de todo aquél Asgardiano que era invitado a un baile se presentaban en aquél salón. Loki buscó a Idhrenniel con la mirada, pero no había ni un rastro de ella, supuso entonces que su padre la escoltaría hasta el salón, aunque más que una escolta de un nuevo padre con su hija, parecería una medida para evitarle escapar de su compromiso.

–Sé de tu consternación hijo, deja de fruncir el ceño para ya no delatarte.

Frigga habló detrás de él, haciéndolo moverse un poco, de todas las personas la única que era capaz de sorprenderlo de aquella manera siempre había sido su madre.

–Es ridículo madre, una fiesta en medio del caos, pareciese que estuviéramos celebrando la destrucción de un mundo entero, de la muerte de los padres de la princesa. ¿Podríamos haber sido un poco menos conspicuos al menos?

La reina negó con la cabeza y miro a su hijo a los ojos, le acarició la mejilla con cariño.

–Hijo, una fiesta le da oficialidad a este compromiso, yo no hubiese querido que esto pasara, sé que tu hubieras podido tomar el lugar de Thor, no como rey, pero si como el esposo de Idhrenniel, Thor se vería comprometido de un modo u otro a ayudarla ya que ella sería tu esposa, la esposa del hermano del rey. Pero conoces a tu padre, sabes lo que piensa y cómo piensa y que cuando piensa de esa manera no hay alma en los nueve mundos capaz de hacerlo cambiar de opinión.

Loki asintió con decepción, levanto la vista para poder seguir la mirada de su madre, encontrando a Thor abrazando a una desconsolada pero fuerte Sif.

–Esta debería de ser su fiesta... esta iba a ser su fiesta.

Murmura Frigga sin despegar la mirada de Sif y Loki alcanza a percibir la nota de tristeza en su voz. De pronto se escuchan las enormes puertas del salón abrirse y la mirada de todos se mueve en dirección a las puertas en donde Odín lleva del brazo a Idhrenniel. Se puede escuchar un suspiro colectivo debido a la belleza de Idhrenniel en un hermoso vestido rojo con adornos de encaje, con una pequeña diadema de oro que funge como tiara. Loki la mira con atención, deseoso de poder tocarla siquiera.

A pesar de que la luz que solía cubrir su cuerpo había desaparecido aun había algo de divino en ella, algo que provocaba a todos regresar a verla. Su mirada se desvió con mucho pesar del cuerpo de Idhrenniel para mirar a Thor, quien seguía sin moverse del lado de Sif. Se acerca con cautela hasta donde están ellos dos.

–Thor...

–No me molestes hermano.

Responde Thor en un gruñido, tomando a Sif de la mano con fuerza.

–No entiendes lo que estás haciendo

Replica Loki, mirando de reojo el rostro de Odín quien no deja de ver en su dirección.

–Claro que entiendo Loki, estoy defendiendo mi matrimonio con Lady Sif.

Loki lo toma del hombro para que no se mueva.

–Hermano, la estas ofendiendo, mira a todas las personas que están aquí y te notaron ignorando a la princesa para poder estar con Lady Sif.

–¡Pues eso es lo que quiero! Que Padre...

Loki abre la boca para interrumpirlo, pero Sif lo detiene.

–Thor, creo que Loki tiene razón.

Ambos miran a Sif con el rostro lleno de sorpresa, jamás en sus años de vida hubiese podido imaginar que Sif estaría de acuerdo con él.

–Pero Sif...

–No, yo lo entiendo Thor, además ella no tiene la culpa y creo que por ahora, en lo que encontramos la manera de resolver esto, debes de ir con ella. Acaba de pasar por mucho como para pasar por los susurros del reino entero también. Ve con ella.

Thor la miro con duda, pero ella asintió con confianza.

–Sólo, no la beses ¿de acuerdo?

Una pequeña sonrisa crece en el rostro de Thor y se aleja con cierto reproche en el rostro.

–Nunca me imaginé que harías algo por el bienestar de Thor.

Loki puede escuchar la amargura en el tono de voz de Sif, pero no responde nada, pues no quiere admitir ni para sí mismo, que en realidad no lo había hecho por Thor, si no para no ver el sufrimiento una vez más en el rostro de Idhrenniel.

Lealtad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora