Habilidades

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Sus ojos observaban el verde que se extendía frente a su mirada. Los jardines de Asgard se habían convertido en un lugar majestuoso para la vista, el verde alcanzaba hasta donde los ojos no lograban admirar. Alrededor de todo este lo cubría un muro lleno de flores y plantas de diferentes tonos de color verde y azulado, las flores decoraban con el color preciso para cada muro, algunos eran de color rojo vivo como la sangre, y de ahí disminuía hasta llegar a un rosa completamente pálido casi blanco.

Idhrenniel al fin podía sentirse como en casa, o al menos un poco pues no tenía la misma majestuosidad un solo jardín que un planeta entero como lo era Alfheim, lleno de vida, de fauna y de flora, rodeando la vida diaria de una princesa como lo era ella. Para los elfos la naturaleza era esencial, parte de su vivir e incluso de su respirar. Idhrenniel tomo una bocanada de aire para poder absorber la naturaleza que le rodeaba, desde el aroma hasta la vida misma.

En cada una de las hojas que alcanzaba a tocar podía sentir la estructura suave de la planta, lisa al tacto y un tanto resbalosa, también podía sentir el calor del rayo de sol que acababa de acariciarle. Si cerraba los ojos y ponía la atención suficiente podía distinguir el aroma de cada una de las flores que se extendía a su alrededor. Escuchaba también el sonido de sus pasos sobre la hierba fresca, aunque solamente fuese el simple roce de sus pies con esta.

— Veo que ha encontrado su lugar, su Alteza

Idhrenniel volvió a abrir los ojos en el momento en el escucho a alguien hablando detrás de ella, se dio la vuelta con cuidado de disimular su irritación y se llevó una gran sorpresa al ver quien había sido el dueño de tal interrupción.

—Me encuentro como en casa su majestad, muchas gracias.

Respondió Idhrenniel a Loki con una leve sonrisa. Lo había visto tantas veces desde el día de su rescate, pero muy pocas veces lo había escuchado hablar, aunque se prometió que a partir de aquél momento prestaría atención a su voz para poder reconocerla en un futuro, si es que llegaba a dirigirle la palabra en cualquier otra ocasión.

—Sí, he escuchado del amor de los Elfos por las plantas

Loki, con las manos detrás de la espalda y una leve sonrisa en el rostro se acerca a ella con cuidado, como si pidiese su permiso hasta que ella asiente con suavidad.

—No es sólo por las plantas, su majestad. Tenemos un gusto por la vida en particular, nada dice más con alegría que algo está vivo como el color verde. —De pronto Loki noto algo en la mirada de Idhrenniel que no había notado nunca antes, noto un atisbo de emoción. —El verde siempre ha sido mi color preferido.

Murmura ella, aunque parece hacerlo para sí mismo pues su voz apenas y se escucha, Loki no puede evitar sonreír al escuchar una declaración como aquella.

—También el mío.

Dice él sin regresar a verla, Idhrenniel se sonroja sin siquiera saber por qué, se dice a si misma que se ha sonrojado por el hecho de que ha hablado de más acerca de algo tan personal para ella, porque si incluso su color preferido era algo que le gustaba conservar para sí misma. Pero había algo en el príncipe que la hacía hablar, tal vez la confianza de que había sido él quien la había rescatado o simplemente ese algo en su mirada que sin saber por qué le hacía confiar de inmediato. Aunque de igual manera había algo en su sonrisa que se convertía en un contraste inmediato, no era normal, pero su mirada le pedía confianza mientras que su sonrisa le advertía que tuviese cuidado.

—Su majestad, si no le molesta, ¿podría preguntarle algo?

Loki apretó la mandíbula, ahogando cualquier comentario que tuviese en mente pues ya suponía que era lo que iba a preguntarle, seguramente si era cierto que era un mentiroso experto, si usaba su magia para el mal, si vivía a la sombra de su hermano o simplemente algo relacionado con Thor.

Lealtad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora