La vida de Laoghaire

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Necesitaba salir huyendo de ahí, la respiración le quemaba y su propia voz le había traicionado. ¿Qué podía hacer ahora que le había hablado de aquella manera a la princesa? Esperaba con todas sus fuerzas que no se lo dijeran a Loki, aunque sabía que tarde o temprano él lo sabría, siempre lo hacía. ¿Qué más daba ya? Se dijo a sí misma, aquél que adoraba con el alma de cualquier forma iba a casarse con la que ella había comenzado a ver como su hermana. ¿Qué será de mí? Se pregunta a cada paso, pues bien sabe que aunque Idhrenniel sea capaz de perdonarla, ella no podrá soportar el hecho de verlos casados, de preparar el lecho que con tanto anhelo había preparado para que fuese suyo. No, no sería capaz de hacerse algo como aquello. Podría pedirle a la Reina Madre su ayuda, era buena, seguramente la asignaría a otra dama o a otras tareas, pero lo más probable es que le preguntaría por qué sería de capaz de cambiar un privilegio como el de estar con una futura reina, y no una cualquiera, un elfo, un elfo, se repetía. Aquella criatura tan perfecta. Se detuvo ante un ventanal destruido, aún alcanzaba a ver su reflejo, o el reflejo de su interior, roto y con todo lo que le hacía hermoso y diferente, destrozado. Se había cuidado de gran manera de todo aquél que la cortejara, no había en ella mirada para algún otro que no fuese Loki, las promesas que le había hecho en algún momento sonaban tan vacías ahora. Caminó por instinto hasta su cámara, inconsciente de sus propios pasos hasta que se encontró frente a su cama.

¿Podría arrojarse a su cama y no despertar? Lo dudaba, la vida no le había hecho ningún favor hasta ahora.

Se resistió a caer en su propia miseria, dio vueltas en la cámara con la esperanza de poder convertirse en un ave que pudiera escapar, escapar y conocer nuevos mundos en donde nadie la conociera, ni a ella, ni a Loki, ni a Idhrenniel, en donde ella pudiese ser aquella mujer perfecta que su madre le había enseñado a ser, se detuvo frente a su enorme espejo, aquél espejo en el que podía verse de la cabeza a los pies. Se observó durante varios minutos, atenta a cualquier detalle que la hiciera tan especial como lo era la princesa. ¿Cómo podía compararse con una criatura tan perfecta? ¿Cómo una simple mujer como ella, podía ser capaz siquiera de intentarlo? Se desamarró las cintas traseras del vestido, dejándolo caer al piso, desato las cintas de su corsé, cerrando los ojos sin llorar al recordar a Loki mientras lo hacía, se agacho para quitarse los zapatos, los arrojó hacia un lado quedando solamente en su blanca y transparente bata.

Su cabello rubio caía en gracia sobre su pecho, sus labios rojos y voluptuosos se fruncían ante sus esfuerzos de no llorar, bajó la bata que le cubría finamente el cuerpo hasta que cayó al suelo, mirándose al espejo, observando su piel rojiza, sus pechos voluptuosos, sus caderas pequeñas, sus piernas largas y el vello que le cubría la intimidad. Posó su mano en uno de sus pechos, tocándolo sin morbo alguno, simplemente quería sentirse, saber que era lo que Loki alguna vez había tocado, se tocó la piel suave hasta llegar al vello rubio, se detuvo unos segundos y sin evitarlo lloró unos segundos, pensando en que la intimidad de aquella que tanto envidiaba, también era perfecta.

Lloró frente al espejo, desnuda y acabada. ¿Quién iba a quererla ahora? Había sido usada y por voluntad propia, sería imposible explicárselo a cualquiera que quisiera desposarla. No podría volver a ser quien alguna vez había aspirado, estaría sola y enamorada de un aquél que tanto la despreciaba. Sus manos cubrieron su rostro, no dejaba de repetirse una y otra vez lo tonta que había sido. Alguien toco a su puerta y la abrió sin esperar una respuesta, de inmediato pensó que era Loki, que había cambiado de opinión quizás, había decidido que lo mejor era casarse con ella y finalmente la haría su reina, pero no, lo único que encontró fue el pálido rostro de Marie. Levantó su vestido para poder cubrirse, llena de vergüenza evitó mirarla a los ojos.

–¿Qué haces aquí?

Pregunta Laoghaire intentado conservar su dignidad. Marie se acerca hasta ella, también avergonzada de haberla visto desnuda.

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⏰ Última actualización: Apr 22, 2020 ⏰

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