∽∵∽Salió de la habitación pues volverían a reunirse en la sala principal con la gran mesa central para discutir lo que descubrieron ambos cazadores.
No podía evitar sentirse nerviosa, no sabía qué decirle a Derek cuando lo viera, tan sólo esperaba que no la mirara como la otra noche.
Miró la sortija con los ocho diamantes incrustados mientras movía la mano de un lado a otro provocando un arcoiris en el brillo.
Aquello había sido bastante inesperado y conmovedor también.
¿Cómo es que la había conseguido?
Recordaba haberla vendido en una tienda de empeños, pequeña y cerca del pueblo a muchísimos kilómetros de ahí. Debía de ser una réplica, pues si fuera la original, significaría que el oscuro ser la estuvo siguiendo y supo que se había desecho de ella ¿o no?
Mientras más lo repasaba, más eran las preguntas.
Unos pasos fuera de su habitación se topó con el joven de claro cabello y grandes ojos azules como el mar Caribe.
Chocó con él.
—Siempre que nos encontramos me pisas. ¿Es coincidencia?– dijo tranquilo y sonriendo.
La joven lo miró.
¡Vaya que era guapo! El tiempo podría pasar, ella tener ochenta y aún así sentirse cautivada con su eterno encanto.
Recordó que así había sido incluso aquella noche en el club, cuando cumplía diecisiete. Lo había conocido pisándolo.
—Si vas para la reunión, te acompaño. – ofreció amable.
—Sí.
Caminaron durante unos minutos.
Era extraño que se sintiera más cómoda caminando con él de lo que ahora se sentía con Dan o Derek, cuando en el pasado era todo lo contrario.
—Difícil noche ¿eh?– era inevitable no notar sus ojos inflamados y cansados.
Annete sonrió pensando que a veces era desafortunado que tuvieran tan buena vista.
—Bastante.– bajó la cabeza, pensativa.
El inmortal la veía de reojo, pensando en la chica que conoció casi seis años atrás, a comparación de ésta. Rió de lado y ella era lo suficientemente observadora como para notarlo.
—¿Qué ocurre?
—Que todo ha cambiado mucho.
"Por supuesto él para bien".
—Lo dices por Dan ¿no es así?
Ella lo miró descubierta, ¿qué era tan obvia?
Anthony dejó escapar un largo suspiro. Se lo imaginaba.
—Cuando lo volví a encontrar pensé lo mismo. Se culpa demasiado, por una parte creo entender por qué pues yo también me culpo por aquel día en que el nido se incendió.
—No fue su...
—Pero ambos pudimos haberlo evitado a tiempo, y no lo hicimos. –. Interrumpió antes de que empezara a justificarlos. Ambos sabían perfectamente lo que habían hecho.—Se que no hay vuelta atrás Annete y no se puede cambiar el pasado, más yo ya lo acepté, pero Dan no, y es por ello que ahora le resulta difícil mirarte a los ojos.
Con impresión, sintió un nudo en la garganta. ¿Por ello habría desaparecido todo ese tiempo?
—¿En el fondo debe quedar algo, no?– preguntó sintiéndose tonta.
Anthony la miró muy serio y levantó los hombros. Ni si quiera él estaba tan seguro.
—Quien sabe...En la habitación ya estaban reunidos algunos, entre ellos Derek. Se acercó y tomó asiento junto a él, esperando que le dijera cualquier cosa.
En cambio, éste estaba como si nada, indiferente, lo cual lo hacía peor.
Se mordió el labio inferior.
—¿Encontraron algo?
Dan entró con elegancia y se sentó en la silla principal con seriedad, más de lo normal.
Su boca, como una tensa cuerda se endureció más y miró todo el tiempo hacia abajo, evitando mostrar sus ojos a los demás.
—Nada acerca de Lisa.– dijo Derek tras un rato al ver que por lo visto ella no diría nada.
Estaba tan concentrada en el dolor de aquel ser, que ni siquiera había oído la pregunta.
Todos ellos merecían saber la verdad pero no hallaba una buena forma de decirla.
—Anoche, en la reunión de cazadores, vi a Elizabeth...
Al escucharla, Ariane se levantó, al igual que Anthony y aquellos que la conocían, comenzando a sonreír.
Todos se miraron, unos a otros con emoción comenzando a incluir a la inmortal en sus planes, excepto Dan, quien ya sabía la verdad.
Annete apretó los puños. Era doloroso ver que festejaran la existencia de alguien que ya no estaba.
—¡No! ¡Deténganse!– no podía verlos conmocionarse sin que superan el resto.—¡La asesinaron!
El silencio reinó la habitación y ella, temblorosa, intentó continuar con el relato.
—Los cazadores la torturaron, por su aspecto se veía que llevaban meses haciéndolo y sin alimentarla, sus ojos eran más rojos de lo que nunca vi.... Ya no lucía ni un poco humana.
El silencio inundó la sala.
—¡Malditos!– gritó Anthony enfurecido, a punto de partir en dos la mesa.
Todos los demás soltaron gritos con maldiciones y blasfemas.
—Si ellos tenían a Elizabeth desde hace tiempo, así como a Lisa, es probable que también tengan a otros.– susurró Dan.
Se volvieron encontrándolo lógico e increíble.
—Si es así debemos buscarlos. Deben de estar prisioneros en alguna parte. – dijo Zareen pensativa.
Aquello era una oportunidad para avanzar hacia su objetivo.
La joven recordó algo más.
—Antes de morir, Elizabeth me dijo unas cuantas palabras: ¡Sangre humana! ¡Sangre inmortal! Ellos... Luca...
—¿Luca? ¿Quién es?
—No lo sé, no conozco a ningún cazador con ese nombre.
Los inmortales comenzaron a recordar, pensar si en su larga vida habían conocido a alguien con ese nombre que pudiera relacionarse con vampiros o cazadores.
No había respuesta.
—Prepárense para salir.– ordenó de pronto Dan, poniéndose de pie. —¡Busquen en todas partes, pregúntenle a todo el que conozcan y torturen a quien haga falta. Quiero saber a quién pertenece ese nombre!
Incluso Anthony los vio perplejo, pues Dan casi nunca salía del nido, la mayoría del tiempo se la pasaba encerrado en su habitación.
Con toda la disposición del mundo, se levantaron y salieron en grupos.
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Ocaso Escarlata
VampireLos años han pasado, las cosas han cambiado, al igual que las reglas. Ella ya no es la misma. Las calles se han vuelto peligrosas. La caída del nido ancestral trajo como consecuencia que muchos de los deambulantes se quedaran sin hogar y ahora va...